sábado, 3 de marzo de 2018

Elecciones: un deporte más


- La Historia Jamás Contada -

Nuevamente en plena campaña electoral, esta vez más insidiosa que de costumbre: no tanto por la propaganda partidista como del organismo organizador y promotor de las votaciones. Y no es para menos, pues el desafecto de la población hacia “su” Gobierno ya alcanzó una proporción desconocida en décadas, como ni siquiera en vísperas de la histórica elección de hace 9 años, cuyo resultado oficial vino a confirmar -¡y de qué manera!- las sospechas de los escépticos de la “democracia” nativa. Las causas objetivas del presente estado colectivo de ánimo son conocidas –y resentidas- por todos, pero el Sistema, incapaz de subsanarlas, recurre a su bolsa de trucos para entregar más de lo mismo: promesas…

Pero basta por ahora de psicología social aplicada a la política, pues hace tiempo que tales actividades dejaron esa esfera para pasar a una más conocida, cotidiana y hasta familiar para muchos: el DEPORTE, esto es, el de masas, el deporte-espectáculo, como bien percibieron los avispados directores comerciales de los medios ídem, que ya no recurren a sociólogos y filósofos sociales, contraproducentes –de ganancias- por aburrir con sus análisis y consideraciones a una masa funcionalmente iletrada y espantar a posibles patrocinadores, habiéndolos sustituido por narradores deportivos, habituados a bordar en el vacío, pero ahora con lenguaje “político”.

No fue un capricho, pues corresponden exactamente a una nueva –y muchos “colados” de la vieja- generación de políticos de carrera: formados y comportándose como deportistas profesionales, que se entrenan concienzudamente, dedican por años la mayor parte de su tiempo útil e INVIERTEN en serio en lo que será su profesión, que esperan les reditúe beneficios. Como los deportistas, requieren medios materiales y asistencia técnica, usualmente fuera de su capacidad adquisitiva, que los lleva a integrarse a una empresa –"EQUIPO", en términos deportivos- que se los proporciona… a cambio de algo. Ya allí, compiten contra otros equipos –"PARTIDOS", en lenguaje político-. Pero sea cual fuere el resultado –marcador- de cada partido –"ELECCIÓN"- concreto, él o ella siempre GANA –su salario, prestaciones, un bono tal vez-, porque para eso se profesionalizaron, para vivir –y bastante bien- de lo que hacen.

Igual que los deportistas, pueden no sentirse a gusto en un Partido y cambiarse a otro, cuya camiseta, chaqueta o librea portarán en adelante sin perder su nivel y estilo de vida: son profesionales. En cuanto a las expectativas, esperanzas o ideales de sus seguidores, admiradores o fans, que confiaban en ellos, son pura subjetividad popular, irrelevante para la carrera del político-deportista profesional, atento a sí mismo y a la corporación que lo sostiene; lo demás -que es casi todo- es lo de menos. Un esquema ciertamente viciado de origen para la Política que banaliza lo sustantivo de ella, el INTERÉS GENERAL, lo que al final no importa, pues el Poder no se disputa con votos. El verdadero Poder –parafraseando a los surrealistas- está en otra parte.

Por eso las ELECCIONES, tan solemnes, aparatosas y dispendiosas como resultan, no pasan de ser otra distracción de masas, como cualquier deporte.

(Publicado originalmente en Sabersinfin el 10 de abril de 2015)


Fernando Acosta Reyes (@ferstarey) es fundador de la Sociedad Investigadora de lo Extraño (SIDLE), músico profesional y estudioso de los comportamientos sociales.

Imagen: www.eluniversal.com.co