viernes, 15 de diciembre de 2017

Microbiblioteca Naty Rojas


Sabersinfin
“En tiempos de oscuridad 
tomemos fuerza de nuestras raíces
para no sucumbir, y cambiar al mundo”.
Abel Pérez Rojas.


A lo largo de nuestra vida caminamos junto a seres que por su luminosidad nos impulsan a descubrir nuestros potenciales y a encontrar la senda que hace la diferencia entre la vida rutinaria y la existencia con profundo significado.

En mi caso, seguramente como el de muchos, ese ser luminoso es la madre. Natividad Rojas de la Rosa (13 de julio de 1936 – 4 de diciembre de 2001) es quien con sus enseñanzas me forjó en la cultura del estudio y el trabajo.

Naty -como cariñosamente le llamaban- nació en un pequeño poblado oaxaqueño llamado San Francisco Telixtlahuaca, municipio de Etla.

De origen humilde y crecida en un hogar disuelto a los pocos años de su nacimiento, Naty aprendió a sobrevivir bajo esa verdad que es cruda pero real: “el muerto y el arrimado a los tres días apestan”.

Pese a su profundo deseo de superación y a su lejano sueño de ser profesora, sólo cursó el primer año de primaria. Décadas más tarde cursaría el segundo y tercer año de primaria en un pequeño grupo de educación para adultos.

Naty fue hija, hermana, nuera, esposa y madre de un ferrocarrilero. Por ello gran parte de su vida la pasó literalmente en las vías del ferrocarril. Primero en los vagones, acondicionados como viviendas para trasladar a los peones de vía y a sus familias a diversos lugares, donde se requiriera el mantenimiento o la expansión de las líneas ferroviarias. Luego vivió en los llamados campamentos del ferrocarril en Tehuacán, Puebla.

Fue en Tehuacán donde vería nacer y crecer a sus ocho hijos que le sobrevivieron. Durante años, acompañada de mis hermanos mayores, vendía comida a los pasajeros del tren que conectaba a Puebla con Oaxaca.

Pese al alcoholismo y machismo de mi padre, a la pobreza y a lo difícil que es atender a tantos menores, mi madre se daba tiempo para leer y escribir lo que podía. Recuerdo que nos enseñó el profundo respeto y amor a los libros. Fue precisamente con los libros de texto gratuitos -en una repisa rústica sujeta a la pared- cómo surgió la primera biblioteca familiar. Esto  marcó mi vida y me hizo amar el saber.

Por eso, cuando conocí el proyecto de microbibliotecas de Sitio Visí México no dudé en proponer que en las instalaciones de Sabersinfin.com conformáramos un espacio en honor a Naty Rojas, símbolo de tantas mujeres anónimas amantes y guardianes del saber.

La microbiblioteca Naty Rojas verá la luz no con el proyecto de nuestros amigos de Sitio Visí México -a quienes reitero mi gratitud-, pero sí bajo el cobijo del hermanamiento entre barrios educadores de Oaxaca, de Puebla, y como parte del reconocimiento que nos será entregado -el próximo 15 de agosto a las 18:30 horas- por un grupo de organizaciones no gubernamentales de los estados de Oaxaca, Veracruz y Puebla.

Así, la microbiblioteca Naty Rojas será el corazón que nos comprometa a asumir con vitalidad el reconocimiento como Centro Cultural Amigo del Sotavento Mexicano.

En próximas entregas le compartiré más de lo que se viene haciendo para tejer lazos entre barrios educadores, de otros Centros Culturales Amigos del Sotavento Mexicano próximos a inaugurarse, del acervo Naty Rojas y de cómo usted puede ser parte de ello.

¿Qué le parece?

Imagen: blogs.cnnmexico.com

Abel Pérez Rojas (@abelpr5) es doctor en Educación Permanente. Dirige: Sabersinfin.com.