jueves, 9 de noviembre de 2017

La voluntad en la ética nicomáquea



Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor,
la electricidad y la energía atómica: la voluntad
Albert Einstein.

En la Ética Nicomáquea o Ética a Nicómaco, obra escrita en el siglo IV a. C. por Aristóteles, el más grande filósofo, lógico y científico de la Antigua Grecia y cuyas ideas han ejercido una enorme influencia sobre el pensamiento filosófico de Occidente por más de dos milenios, se determina que sólo los actos voluntarios serían relevantes para el discurso ético (oratoria, cuyo sentido radica en convencer al auditorio sobre el conjunto de creencias acerca de lo que se debe y lo que no se debe hacer, acerca de lo “bueno” y lo “malo” en sentido moral).


Aristóteles divide los actos del hombre en voluntarios e involuntarios. El acto involuntario se debe a la fuerza o la ignorancia. El acto voluntario se hace por el deseo. Es por ello que de acuerdo a la Ética Nicomáquea, la responsabilidad moral existe sólo en la medida en que asumimos como voluntaria una acción. De este modo, podemos decir que “somos aquello que hacemos” siempre y cuando podamos responsabilizarnos de nuestra conducta. Tal es el caso de las acciones voluntarias, aquellas acciones en las que teniendo el suficiente conocimiento somos capaces de elegir, conforme a nuestro querer, qué camino debemos seguir.

La palabra Voluntad es originaria del latín “voluntas” conformada por el verbo volos o velle que significa -querer o desear. De acuerdo con el Diccionario se entiende por Voluntad: Capacidad humana para decidir con libertad lo que se desea y lo que no; Facultad que nos lleva a desear, a querer, a elegir entre un comportamiento u otro con vistas a la consecución de un fin. Este vocablo Voluntad es interpretado como “aquella facultad propia de un ser humano de tomar decisiones y exigirse cualquier cosa de su conducta individual. Sin lugar a dudas es la capacidad que sobre todas las cosas es de carácter supremo en cada individuo, la cual nos impulsa a tomar decisiones fijas y precisas acerca de cualquier cosa que hacemos cotidianamente, lo que significa que es gracias a ella que se toman siempre las decisiones y se realizan las acciones”.

En virtud, de acuerdo a la Ética a Nicómaco, de que “el objeto verdadero de la Voluntad es el bien” (principio que Aristóteles toma de Platón y que conserva a la naturaleza humana en toda su dignidad y su grandeza) y al considerarse a la Voluntad como la capacidad de carácter supremo en cada individuo, surge la pregunta ¿Qué debemos hacer para desarrollar la Voluntad? Ya que ésta es fundamental para el ser humano y sin ella no se pueden lograr los objetivos planeados. Virtud, que al aplicarla en la vida cotidiana nos debe conducir hacia lo positivo, a la luminosidad, a lo que sea bueno para nuestro ser. En el antiguo Oriente, se creía que la Voluntad era la parte superior del Hombre y esa parte practicada por él lo acercaba más a Dios.

Estudios científicos han descubierto varias estrategias útiles para aumentar la fuerza de voluntad:

1) Cambiar hábitos -Universidad de Case Western Reserve (EE UU), basta con pequeños cambios en hábitos cotidianos para fortalecer la voluntad;

2) Tensión muscular -Universidad de Singapur, “La mente y el cuerpo están tan estrechamente unidos que simplemente apretando los músculos se puede activar la fuerza de voluntad”,

3) Buenas acciones -Universidad de Harvard, ha demostrado que hacer una buena acción aumenta nuestra fuerza de voluntad y nuestra resistencia física;

4) Exponerse a la tentación -Universidad de Chicago, si una persona está a dieta fortalecerá mejor su voluntad si tiene a la mano comida, al alcance de la mano;

5) Distracción -investigadores de la Universidad de Columbia (EE UU) han demostrado que si pensamos conscientemente en otra cosa cuando algo nos tienta, nos costará menos controlarnos;

6) Uno a uno- Hay varias actividades que pueden agotar rápidamente nuestra fuerza de voluntad, es mejor no hacerlas todas a la vez, y

7) Cinco comidas al día -Universidad de Florida (EE UU), se recomienda no saltarse ninguna comida para estar en plena forma para superar los retos que se nos presenten.

Es por ello, que para fortalecer la Voluntad se necesitará estar bien descansado, bien alimentado, en plena forma física y manteniéndose equilibrado mental y emocionalmente, al máximo de las capacidades para realizar este esfuerzo ya que se requiere de autodisciplina.

Al final usted tiene la última opinión, amable lector.

Imagen:  ecologiamistica.blogspot.com

Jorge A. Rodríguez y Morgado
Twitter @jarymorgado
jarymorgado@yahoo.com.mx
conoSERbien; www.sabersinfin.com

Publicado originalmente en Saber Sin Fin el 19 de abril de 2016