Fobofilia
En el espejo de tu propia historia observas
Una triste e incoherente imagen donde escurre
El áspero y cruel recuerdo que te habita.
Hogar que acoge la amargura de tu acre memoria.
Guarida que, a sí misma y por dentro ya se oxida.
Barrera fabricada con ladrillos de apego a un terror,
Pórtico de un muro en que se asoma una viril
Alarma que impide a otros mirar por la ventana.
El dolor es un adhesivo calvario que traza los planos
Desdibujando las líneas de otro amanecer.
Todo, inclusive, los cimientos mismos
Los sembraste cosechando una zona de confort
Cuyos frutos son, flores marchitas que,
Deshojan la asfixiante primavera en que te ahogas.
La misma cobardía es, sin duda, la manifestación
Y el ornato que tapiza el piso y tus paredes
De un miedo retratado en el marco de un espejo
Que refleja la evidencia de una enmohecida y vieja
Sala-comedor, símbolo típico, de una mediocre casona
Construida con falsas porcelanas y un viejo jarrón,
Que sirve tan sólo para sostener un obsoleto
Florero imaginario que, como centro de mesa,
Alimenta los poros de un plato en que te sirves
El amargo postre que esculpe las anacrónicas imágenes
Que transitan en el frágil televisor donde las noticias
Se reciclan floreciendo siempre su misma historia.
Crueldad asfixiante. Miedo atroz. Camino sin salida
Que recubre tu cotidianidad de herméticos cerrojos.
¿Cómo envenenar esos inútiles archivos que te ahogan?
¡Transmutando, eternamente, en evidente aprendizaje,
La atrocidad de la experiencia en que construyes
La sedienta soledad que fortalece tu proxemia.
¿Qué te impide caminar hacia el jardín?
Las enmohecidas ruedas de una silla en que aposentas
La impresionante zona de confort que te asesina
Deshojando, a diario, la primavera en que te ahogas.
La comodidad en que duermes es, en realidad,
Un sucio colchón que deshidrata el anhelante suspiro
En que navega la utópica ilusión donde mis manos
Buscan acariciarte para exprimir el senil y avejentado
Polvo que te ahorca entre las mismas telarañas
De los anquilosados recuerdos que cohabitas.
Juan Carlos Martinez Parra