jueves, 5 de octubre de 2017

Hidalgo, entre la virtud y el vicio


Publicado Originalmente en Saber Sin Fin el 11 de agosto de 2017

Siendo contra los clamores de la naturaleza vender a los hombres,

quedan abolidas las leyes de la esclavitud.

Miguel Hidalgo y Costilla

El pasado, 30 de julio, se cumplen 206 años del fallecimiento del patriota mexicano conocido con el nombre de “El Cura Hidalgo”, personaje que es considerado como “El Padre de la Patria” e iniciador de la lucha por la Independencia de México.

Miguel Gregorio Antonio Ignacio Hidalgo y Costilla Gallaga Mandarte Villaseñor o simplemente Miguel Hidalgo, hijo segundo de don Cristóbal Hidalgo y Costilla y de doña Ana María Gallaga Mandarte, nace en Guanajuato, el 8 de mayo de 1753. A los 12 años estudia con los jesuitas, pero como éstos fueron expulsados, se va a la ciudad de México, donde estudia teología, filosofía y artes. A los 39 años Miguel Hidalgo fue nombrado Rector del Colegio de San Nicolás, dedicándose por completo al estudio de las teorías liberales que revolucionaron Europa.

La invasión a España por las tropas napoleónicas en 1808 generó que varios grupos de intelectuales discutieran la soberanía y la forma de gobierno de la Nueva España. Hidalgo se unió al grupo que proponía constituir un congreso para gobernar el Virreinato de la Nueva España; los conjurados planeaban levantarse en armas contra el Virrey el primero de octubre de 1810, pero fueron descubiertos a mediados de septiembre. Hidalgo y otros conspiradores lograron ponerse a salvo gracias al aviso de Josefa Ortiz de Domínguez y se trasladaron a Querétaro, donde Hidalgo se reunió con Ignacio Allende y así se inicia la historia oficial de la Independencia de México y de nuestro héroe.

Pero lejos de los textos históricos que han retratado a Miguel Hidalgo como un hombre lleno de cualidades y para reflejar la historia integral de su vida, el escritor, novelista, cuentista y ensayista Eugenio Aguirre, dedicando varios años de investigación, realizó una biografía de este personaje, publicando el libro “Hidalgo, Entre la virtud y el vicio”, en donde nos presenta al llamado Padre de la Patria desde un nuevo ángulo y nos da a conocer que “nuestro héroe tenía carácter alegre, amor por las mujeres, los toros, el vino, el teatro y la literatura francesa”.

Aguirre explica que su obra busca comentar de "los desmanes que cometía Hidalgo, de su lado oscuro, de su permisividad para que los insurgentes cometieran saqueos y asesinatos de inocentes, sus titubeos en las batallas, su falta de pericia como estratega militar". "Era un hombre de mucha luz, muy divertido, amante del teatro, culto, sensible a los problemas sociales, brillante, pero también un ser humano con conflictos, internos, depresiones y caídas".

Gracias a su carácter lúdico y extrovertido, Miguel Hidalgo encabezó la primera parte del movimiento independentista y tras una serie de derrotas, fue capturado y fusilado en Chihuahua en 1811. Antes de ser ejecutado, Hidalgo se confesó y comulgó, por lo que quedó libre de toda excomunión. Al amanecer del 30 de julio de 1811, cuando llegó la hora del fusilamiento, pidió que no le vendaran los ojos ni le dispararan por la espalda (como era la práctica al fusilar a los traidores). Pidió que le dispararan a su mano derecha, que puso sobre el corazón. Hubo necesidad de dos descargas de fusilería y dos tiros de gracia disparados contra su corazón para acabar con su vida, tras lo cual un comandante tarahumara, de apellido Salcedo, le cortó la cabeza con un machete, para recibir una bonificación de veinte pesos.

Su cuerpo fue enterrado en la capilla de San Antonio del templo de San Francisco de Asís, en la ciudad de Chihuahua, y su cabeza fue enviada a Guanajuato y colocada en la Alhóndiga de Granaditas, en cada esquina y dentro de una jaula de hierro, junto a las de Ignacio Allende, Juan Aldama y Mariano Jiménez, en donde permaneció expuesta por diez años. En 1821 su cuerpo fue exhumado en Chihuahua y, junto con su cabeza, se le enterró en el Altar de los Reyes, de la catedral Metropolitana de la Ciudad de México. Finalmente, desde 1925 reposa en el Ángel de la Independencia. En 1869 fue erigido en su honor el Estado de Hidalgo.

La obra de Aguirre, amable lector, no tiene como objeto desprestigiar a Hidalgo ya que también nos presenta a un buen hijo y hermano; a un estudiante sobresaliente; a un apasionado de la buena lectura y a un feroz crítico de las obras sin sustento; y a un hombre que, desde su juventud, era capaz de impresionar, tanto a humildes campesinos, como a las más importantes autoridades. Texto que se recomienda ampliamente.

Jorge Rodriguez y Morgado 2Autor: Jorge Rodríguez y Morgado (jarymorgado@yahoo.com.mx) es catedrático universitario, conduce: ConoSerbien en Sabersinfin.com
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