viernes, 13 de octubre de 2017

Filosofía Perenne



“Vivir sin filosofar es, propiamente, tener los ojos cerrados, sin tratar de abrirlos jamás”
René Descartes

Septiembre es una fecha que ha quedado grabada en la historia de México y en el corazón de los mexicanos, porque marca la iniciación del movimiento que habría de darle a nuestro país Independencia y Libertad. Al finalizar el tercer siglo de la dominación española, las ideas de Libertad, Igualdad, Fraternidad, Independencia y Justicia reinaba en el territorio de la Nueva España, aparecían grupos de “conspiradores” que intentaban promover la independencia del país y para esto se organizaban reuniones bajo el nombre de Academia Literaria, en donde se presentaban ideas y estrategias para llevar a cabo el plan de Independencia.


Entre esas ideas que permitieron el acceder a la libertad, a la conformación de un destino independiente y a el surgimiento de las grandes líneas fundamentales del pensamiento político y jurídico sobre las cuales se construye la nación mexicana, se encuentran los pensamientos liberales provenientes de Europa, especialmente de Francia, en donde el resultado había sido la revolución. Entendiéndose por liberalismo un sistema filosófico, cuyas implicaciones trascienden el ámbito de lo especulativo, concretándose en lo político, económico y social. Es por ello que los insurgentes reciben los calificativos de "afrancesados", "agentes de Napoleón" y títulos similares.

Uno de los ideólogos que dejó sembrada la semilla y al cual se le considera como precursor de la independencia de México por sus ideas liberales, fue Juan Benito Díaz de Gamarra y Dávalos, el cual nace en Zamora, Michoacán, el 5 de agosto de 1745. Estudia en el Colegio de San Ildefonso de la Ciudad de México e ingresa a la Congregación de San Felipe Neri en 1764. Es nombrado procurador de la Congregación y viaja por España, Portugal y Roma, entre 1767 y 1770. Obtiene su Doctorado en la Universidad de Pisa y es admitido como miembro de la Academia de Ciencias de Bolonia. A su regreso a México, en 1770, es rector y catedrático de filosofía en el Colegio de San Francisco de Sales, en San Miguel el Grande. Reforma el plan de estudios para ponerlo a la altura de los mejores de Europa. Es destituido de la rectoría y de su cátedra de filosofía, y nombrado prefecto de estudios, cargo que también perdería debido a sus posiciones intelectuales liberales y a su posesión de libros prohibidos. Muere el 1 de noviembre de 1783.

“Educador y educando, realiza una función esencial en el proceso educativo, el cual no se limita a la escuela, sino que se extiende a la familia y a la sociedad. En la educación se deben armonizar el aspecto individual y el social, el material y espiritual, lo interior y lo exterior formando en consideración la realidad esencial del ser humano. Esta realidad, así como es la norma de moralidad, es también el principio que orienta la educación para alcanzar la realización humana. Seguir la voz de la naturaleza, concreta y perfectamente situada, será seguir la voz de Dios”, con estas palabras es catalogada la labor realizada por Díaz de Gamarra y Dávalos, el cual en su famoso libro “Errores del entendimiento humano”, se anticipa por siglos a muchos de nuestros problemas actuales. El libro se publicó en Puebla en 1781 bajo el seudónimo de Juan Felipe Bendiaga, anagrama de su nombre completo, conteniendo una serie de reflexiones en torno a los prejuicios anticientíficos de la época y sobre las costumbres morales y sociales en boga.

Díaz de Gamarra trata de cuestiones concretas, por ejemplo, propone reformas de salubridad e higiene ajustadas a la naturaleza (medio ambiente); ataca el sistema educativo, haciendo ver la necesidad de atender a las ciencias, preocupándose por delimitar la filosofía y las ciencias; además, sugiere otros cambios sociales, de acuerdo con la idea de progreso y la especificidad americana, esto le ha valido el ser considerado como precursor ideológico de la independencia, a pesar de que él no tuvo conciencia clara de ello, ni se opuso al gobierno virreinal.

Gamarra fue denominado ecléctico, porque toma del escolasticismo y el modernismo diversos elementos, los cuales selecciona y configura con ellos su “filosofía perenne”, creando un sistema compuesto con ideas que ayudaron a los insurgentes a lograr la independencia de la que hoy gozamos, cómo ve usted estimado lector.

Jorge Rodriguez y Morgado 2Jorge Rodríguez y Morgado (jarymorgado@yahoo.com.mx) es catedrático universitario, conduce:ConoSERbien en Sabersinfin.com

Publicado originalmente en Saber Sin Fin el 08 de septiembre de 2014