lunes, 16 de octubre de 2017

El Movimiento De Independencia En Puebla




Sin duda la Independencia de México es un hecho histórico que nos une a l@s mexican@s por encima de nuestra pluralidad. Cada año se reconstruye en esta fecha, un sentimiento de pertenencia nacional.


Y aún, cuando en nuestros días, no es alrededor de una taza de “chocolate muy refinado” -gusto permanente de Dn Miguel Hidalgo- como en aquella madrugada del 16 de septiembre en que Hidalgo rodeado de los conspiradores  llevaron a cabo las deliberaciones para decidir el plan a seguir, esta fecha, sin duda, nos reúne a l@s mexican@s,  en torno a l@s mexicanos.

Haciendo a un lado el uso político que se le ha dado a la fecha, es importante destacar, el esfuerzo que han realizado desde hace algunas décadas much@s especialistas, en un movimiento revisionista, que ha permitido abrir nuevos caminos a la historiografía de la Independencia.
Una de ellas es la Dra. Alicia Tecuanhuey, que en su libro La Formación del Consenso por la Independencia. Lógica de la ruptura del Juramento. Puebla 1810-1821, contribuye en el estudio de este movimiento “desde las fuerzas políticas en Puebla, que actuaron dentro de la capital provincial y en la provincia”.

Investigación de obligada lectura que se ocupa del caso de Puebla, desde el Grito de Dolores hasta la consumación de la Independencia bajo el liderazgo de Agustín de Iturbide.  Y que es una pieza desde lo regional, -como ella lo escribe- de ese gran rompecabezas cuya dimensión rebasa los límites de Puebla y del Estado de Mexicano.

Las políticas militar y fiscal de la monarquía española, que tendían a conformar un Estado-Nación unificado y potente a través de la sujeción a un vértice: La Corona de Castilla y Aragón; formularon la idea de que los ministros del Rey obraban como un “mal gobierno”, lo que aunado a los efectos políticos que tuvieron las abdicaciones de Bayona de los reyes españoles en 1808, dieron lugar a una “verdadera crisis revolucionaria inesperada e inédita que abarcó a toda la monarquía española y que tuvo irradiación en los reinos peninsulares y en las posesiones americanas con desiguales ritmos”

El malestar, se expresa claramente, en la consigna de Hidalgo “¡Muera el Mal Gobierno!”, acompañada por la reivindicación americanista “¡Viva la Virgen de Guadalupe!” y la expresión fidelista “¡Viva Fernando VII!” -sostiene la autora- que también nos ilustra,  en que la lucha insurgente no derivó directamente en la consumación de la Independencia, ni ella por sí misma logró allegarse de la mayoría de simpatías; para lograrlo, hubo que encarar difíciles problemas y llegar a consensos de las élites; y en esa coyuntura, se encontraba Puebla, que en la víspera del Grito de Dolores, la “ciudad y la provincia parecían estar en calma y al margen de manifestaciones de inconformidad contra las autoridades de la tambaleante monarquía española”

Narra la autora que días antes el nuevo virrey, Francisco Javier Venegas, pasó por la ciudad y fue recibido por el obispo Manuel Ignacio González del Campillo y el intendente Manuel de Flon Conde de la Cadena, ésta reunión, con los gobiernos espiritual y civil de nuestra provincia, reafirmó el leal apoyo y colaboración a la monarquía española.

En este contexto se entiende la forma del cómo, los distintos núcleos de poblanos fueron formando parte del consenso favorable a la Independencia, aún cuando la población era “mayoritariamente fidelista y anti insurgente” y como poco a poco fue desvinculándose de la metrópoli española y enfrentando rupturas “revolucionarias en el nivel de las mentalidades y arriesgando procesos de integración social” que permitieron que Puebla abandonara la mayoritaria lealtad a la monarquía española y a los reyes de la dinastía borbona.

En 230 páginas, la autora nos va mostrando el proceso que se siguió para llegar después de diez años  de discusiones de la opinión pública poblana y los diferentes pronunciamientos del Ayuntamiento Constitucional y la junta electoral, a mayo de 1820 y formar el consenso por la Independencia, formalizar el 21 de septiembre de 1821 la Diputación Provincial de la Puebla de los Angeles; y lograr que el gobierno espiritual en voz de obispo Pérez en su prédica justificara “a la Independencia en términos de devolución de la libertad que le concedió la naturaleza y, -en referencia a su consumación- señalar que, no derivó más que de las “misericordias del Altísimo”.


Rocío García Olmedo ( rociog@prodigy.net.mx )ha desempeñado diversos puestos públicos y políticos en el estado de Puebla, México.  Twitter: @rgolmedo  Facebook: Palabra de Mujer
Publicado originalmente en Saber Sin Fin el 16 de septiembre de 2012