lunes, 9 de octubre de 2017

El corazón tiene razones que la razón desconoce


La grandeza de un hombre está en saber reconocer su propia pequeñez
Blaise Pascal

Hace exactamente 393 años, un 19 de junio de 1623, nace Blaise Pascal (o Blas Pascal) en Clermont-Ferrand, París, considerado como una de las mentes privilegiadas de la historia intelectual de Occidente y cuya influencia en varias áreas del conocimiento prevalece hasta nuestros días. Fue un filósofo, matemático, escritor y físico francés y el primero en establecer las bases de lo que serían las calculadoras y las computadoras actuales. También hizo importantes aportaciones a la teoría de la probabilidad, investigó los fluidos y aclaró conceptos sobre la presión y el vacío.

Pascal, genio precoz y de clara inteligencia, bajo la tutela de su padre, ya que su madre falleció cuando él contaba con tres años, se manifestó como un prodigio en matemáticas, y a la edad de 16 años formuló uno de los teoremas básicos de la geometría descriptiva conocido como “el teorema del hexágono de Pascal”, descrito en su Ensayo sobre las cónicas. Él inventó la primera calculadora, llamada Pascalina, similar a las calculadoras mecánicas de 1940. El diseño de esta calculadora era complicado, porque la moneda en Francia no seguía el sistema decimal. De ellas se fabricaron 50 máquinas y al no venderse bien, dejaron de producirlas.

En 1647 Pascal demostró que existía el vacío y en 1648 comprobó que la presión atmosférica disminuía a medida que aumentaba la altura. Seis años más tarde, junto con el matemático francés Pierre de Fermat, formuló la teoría matemática de la probabilidad, que ha llegado a ser de gran importancia en estadísticas actuariales, matemáticas y sociales, así como un elemento fundamental en los cálculos de la física teórica moderna. Otras de las contribuciones científicas de Pascal son la deducción del llamado "principio de Pascal", que establece que los líquidos transmiten presiones con la misma intensidad en todas las direcciones, y sus investigaciones sobre las cantidades infinitesimales. 

Blas en su madurez se aproximó al jansenismo (Corriente de espiritualidad cristiana que se oponía a los Jesuitas, que tuvo su origen en las ideas de Cornelio Jansen (1585-1638) y que se caracterizaba por una exigencia de vida virtuosa y ascética, ubicando la salvación en la gracia divina). Publicó anónimamente sus Provinciales (1656-1657), conjunto de dieciocho cartas en las que defendió el jansenismo de los ataques de los jesuitas.

Pascal, frente al racionalismo imperante, emprendió la formulación de una filosofía de signo cristiano en la que sobresalen especialmente sus reflexiones sobre la condición humana, de la que supo apreciar tanto su dignidad como su mísera. Aunque Pascal rechazó siempre la posibilidad de establecer pruebas racionales de la existencia de Dios, cuya infinitud consideró inabarcable para la razón, admitió no obstante que esta última podía preparar el camino de la fe para combatir el escepticismo.

Pascal analiza la creencia en Dios en términos de “apuesta sobre su existencia”: creyendo en Dios y observando una conducta virtuosa, podemos ganar la vida eterna; si el hombre cree y finalmente si Dios no existe, nada se pierde en realidad. Pero, por más que razonemos, sólo se llega a la fe a través del corazón, del sentimiento, en una iluminación súbita que escapa a cualquier intento de esclarecimiento lógica: “El corazón tiene razones que la razón desconoce”.

Sobre el hombre, llega Pascal a las siguientes afirmaciones: “Ante las cuestiones críticas de la existencia, ante la infelicidad inherente a su propia condición y ante el avance inexorable de la muerte, el hombre se evade de sí mismo y busca el olvido en la turbada actividad de la vida cotidiana, ahuyentando así lo que más teme: el aburrimiento. Nada es más insoportable para el hombre que carecer de proyectos, de compromisos o de distracciones; porque entonces, detenido en medio del tedio, no puede sino tomar conciencia de la vacuidad de su vida y sumirse en la angustia o la melancolía. La conciencia de sí mismo, cualidad que lo distingue y enaltece, es también en el hombre fuente de desdicha, al recordarle su pobre condición”.

Blaise Pascal murió el 19 de agosto de 1662 en París, a los 39 años, a causa de un tumor cerebral. Los dejo para reflexión con una de sus frases: “Si no actúas como piensas, vas a terminar pensando como actúas”, muy cierto, no lo cree así amable lector.

Imagen: aquifrases.com

 Jorge A. Rodríguez y Morgado
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conoSERbien; www.sabersinfin.com

Publicado orginalmente en Saber Sin Fin el 20 de junio de 2016