Si todo el año fuese fiesta, divertirse sería más aburrido que trabajar
William Shakespeare
Todas las culturas existentes en el mundo tienen por costumbre celebrar el año nuevo, siendo esta conmemoración la más antigua de todos los días festivos. Aunque las fechas de inicio de año no sean las mismas, el objetivo es similar –cerrar un ciclo. Generalmente el fin de año se da con el término de los ciclos solares (equinoccios o solsticios), ya que en casi todas las religiones se le asigna al Sol el máximo poder. En algunas culturas la luna jugaba también un papel preponderante para la celebración del año nuevo.
El registro más antiguo de la celebración del Año Nuevo llega desde el Akitu, un festival babilónico de hace más de cuatro mil años. La primera luna nueva después del equinoccio vernal (marzo) anunciaba el inicio de un nuevo año. Desde entonces, todas las culturas celebran el comienzo del año nuevo. En todas ellas hay rituales sobre el cambio de ciclo, asociado a procesos naturales, pasar de la época seca a la lluviosa, a las cosechas, las siembras, lo que está asociado a una necesidad antropológica de establecer una parcialización del tiempo, de que “las cosas no solamente continúen, sino que haya un quiebre o reinicio”.
El antiguo calendario de los romanos consideraba el 25 de marzo como el día de año nuevo. Fue Julio César quien en el año 46 a.C. llevó a cabo una modificación del calendario romano creando el calendario juliano para que tuviera sincronía con el Sol. Ese año es conocido como el año de la confusión, ya que duró 445 días para ajustar las fechas y llevar a cabo las modificaciones pertinentes. Con ese calendario, entre otras cosas, se introdujeron los años bisiestos. El año nuevo partía en enero, en honor a Jano, dios romano de los comienzos, deidad que regía sobre lo pasado y lo futuro. Lo celebraban con fiestas, intercambio de regalos y decorando sus casas.
Pero en la Edad Media, los líderes cristianos consideraron la fiesta pagana y volvieron a cambiar la fecha por las celebraciones del 25 de diciembre y 25 de marzo. Fue en 1582 que el Papa Gregorio XIII promulgó una bula papal en la que establecía que tras el jueves 4 de octubre de ese año se pasaría al viernes 15 de octubre, y que el año 1583 el día de año nuevo sería el 1 de enero, ya que hasta entonces éste se solía celebrar en marzo. Había nacido el calendario gregoriano.
Algunas civilizaciones celebran el año nuevo en fechas distintas al 1 de enero, en virtud de que siguen diferentes tradiciones, por ejemplo, para los chinos el Año Nuevo no tiene una fecha exacta y puede ocurrir entre el 21 de enero y el 21 de febrero, éste se basa en el calendario lunar utilizado tradicionalmente en China y la celebración cae en general, a la segunda luna llena, luego del solsticio de invierno boreal. El pueblo judío lleva otra cuenta, celebran su año nuevo con el “Rosh hashanáh” (cabeza del año) y cae dentro del mes de septiembre o comienzo de octubre, cuando habría sido creado Adán, es decir, el primero y el segundo día de tishrei (séptimo mes del calendario hebreo). En las culturas prehispánicas la celebración de fin de año se daba cuando concluía el invierno e iniciaba la primavera.
La celebración de año nuevo para algunos radicales ortodoxos es el 14 de enero al mantener el calendario juliano; El Año Nuevo Vietnamita es celebrado en las mismas fechas del Año Nuevo Chino; Para el Islam el Año Nuevo se celebra el 1 de Muharram, aproximadamente a fines de enero e inicios de febrero (su calendario comienza en el año 622 fecha de la huida de Mahoma a Medina); El Año Nuevo Tibetano (Losar) se celebra entre enero y marzo; Para los iraníes la celebración del Año Nuevo es en el equinoccio vernal, el 21 de marzo, en la misma fecha lo celebra el Bahaísmo (segunda religión más extendida en el mundo entre las religiones independientes).
El fin de año en Tailandia, Camboya, Birmania y Bengala se celebra entre el 13 y 15 de abril; El Año Nuevo Mapuche es el 24 de julio al igual que el Inca; La Celebración del Año Nuevo Etíope es el 11 de septiembre.
En todos los casos, amable lector, la celebración del año nuevo, en una fecha o en otra, es tal vez la fiesta en la que más personas participan, pues de cierto modo, los seres humanos tienen razones para celebrar un año más que llega, o por un año que se va y no vuelve. Pero algo común en todas las civilizaciones es pedirle al nuevo ciclo que sea un buen año para todos.
Que este 2017 sea de dicha y prosperidad. Feliz Año.
Imagen: db-diamantebruto.blogspot.mx
Jorge A. Rodríguez y Morgado
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conoSERbien; sabersinfin.com
Publicado originalmente en Saber Sin Fin el 4 de enero de 2017