La noche acampa en la ciudad de Viena. Una leve nevada busca refugio en algún rincón donde el frío la aguarda con una tibia frazada, un grito rompe el silencio: ¡Mozart…..Mozart…..perdóname Mozart por haberte matado!
Los criados se sobresaltan al descubrir que ese quejido proviene de la recámara del Sr. Salieri, un par de ellos suben a su auxilio llevando unos bocadillos los cuales no podrá resistir Salieri (ya que es adicto a ellos), tocan la puerta en varias ocasiones sin obtener respuesta alguna, un fuerte golpe en el piano los hace derribar la puerta y en medio de la penumbra hallan el cuerpo del músico tendido sobre el suelo con sangre que él mismo se ha provocado al intentar suicidarse.
Los enfermeros lo asisten y al ver su estado deciden llevarlo al hospital, recorren de prisa las calles de Viena para llegar a su destino. De repente el silencio se ve invadido por una música celestial, la cual desplaza lentamente a la nevada que cae sobre el cuerpo maltrecho de Salieri. Un baile se lleva a cabo en una gran mansión. La concurrencia se ve entusiasmada, el salón suntuosamente decorado es el foro perfecto para escuchar y celebrar la música de Mozart, misma que acompaña a Salieri camino a su recuperación.
Salieri decía que Dios había tomado el cuerpo de Mozart para hablarle al mundo por medio de su música. Y cada vez que escuchó la obra de Wolfang sé que tenía toda la razón.
En una corta vida compuso mas de seiscientas obras, algo inconcebible si hablamos que está compuesta de: Óperas, sinfonías, conciertos para piano y orquesta, conciertos para flauta, conciertos para clarinete, divertimentos, sonatas para piano, sonatas para violín y piano, un nocturno, trece sonatas, marchas, danzas, un réquiem, misas, missae breves, letanías, ofertorios, vísperas, antífonas, motetes, y un oratorio. ¡Qué no hizo Mozart!
Este genio parecía transcribir la música que en su mente cada segundo nacía y deseaba salir al mundo para invadir todas las emociones habidas y por haber. Sus composiciones están plagadas de perfección, técnicamente depuradas con un equilibrio musical sublime y una combinación armónica innovadora. Ese era Mozart el niño genio de Salzburgo.
En la película Amadeus de Milos Forman podrán ver parte de la vida de este magnifico exponente de la música clásica. Un viaje a través de la voz de Antonio Salieri interpretado magistralmente por F. Murray Abraham (ganador al Óscar en esta cinta como mejor actor).
Internado en un hospital psiquiátrico, Salieri hace su confesión a un sacerdote de la gran admiración, devoción y envidia que siente aun después de muerto por Mozart (muerte que se achaca el propio Salieri). Siendo Salieri compositor de la corte del Emperador José II y habiéndose enterado éste que Mozart ha sido despedido por su protector el Arzobispo de Salzburgo decide encargarle una ópera al joven genio.
Es ahí cuando comienza la envidia de Salieri al ver que todo lo que ha pedido a Dios, como eran talento y genialidad musical son concentrados en un ser vulgar, jactancioso y lujurioso como Mozart. Lleno de ira planea la destrucción de Amadeus. Tal vez, incluso su muerte. Esta cinta de 1984 ganadora de ocho premios Óscar los adentrará en la música y vida de Mozart.
Compositor Austriaco Wolfang Amadeus Mozart nace un 27 de enero de 1756 en Salzburgo, hijo de Leopold Mozart quien le enseña a tocar el piano, el violín y el órgano, no cabe duda que Wolfang debió gran parte de su grandeza a la severidad de su padre. A los seis años comienza su primera sonata para violín y piano. Cuenta una anécdota sobre Mozart la capacidad de retención que poseía , hay una obra musical en el Vaticano la cual es llamada la pieza “secreta” (Miserere de Allegri) ésta sólo se ejecutaba en la capilla Sixtina, Wolfang sólo la escuchó una vez y la reprodujo de memoria íntegramente.
En 1777 el Arzobispo de Salzburgo despide a Mozart por su falta de respeto, hecho que agradecerá eternamente, pues se desliga de su padre que siempre lo había sometido, viéndose libre viaja durante cinco años por toda Europa y es hasta el año de 1781 que por encargo de el Emperador José II compone una ópera del estilo en moda llamado Singspiel. Ese mismo año el Emperador organiza el famoso duelo pianístico entre Mozart y Clementy del cual Wolfang sale triunfante.
De 1782 a 1790 Mozart es considerado su segundo periodo creativo pues su producción musical alcanzó la mayor precisión y belleza jamás vista en el compositor. La excelencia en sus trabajos le acarreó numerosos obstáculos y envidias entre compositores, músicos y cantantes, pero la genialidad y la fuerza de sus obras se impusieron. Desafortunadamente la pobreza y la fatalidad fueron siempre amigas de Mozart, la muerte de dos de sus hijos a temprana edad y la enfermedad de su mujer lo mantuvo en un estado de indigencia constante.
Es a finales de 1790 que con su amigo Emanuel Schikaneder trabajan en una de sus más hermosas y exquisitas óperas: “La flauta mágica”, obra llena de amor y esperanza que terminó y estrenó el 29 y 30 de septiembre respectivamente con enorme éxito.
Mozart había empezado a componer un Réquiem por encargo del conde Franz Walsegg-Stuppach a través de Andrea Leitgeb el “misterioso desconocido” dicho trabajo no pudo culminar pues un 4 de diciembre de 1791, en Viena, Wolfang cae en coma urémico y muere al siguiente día.
La mayoría de sus obras no fueron publicadas, sino hasta después de su muerte y es por eso que su estilo no creo ninguna influencia entre sus contemporáneos, siendo redescubierto durante el romanticismo obteniendo así los triunfos que no alcanzó en vida.
En esta ocasión no me despediré citando al genio que esta semana nos ocupa, guardaré absoluto silencio, apagaré la luz y reposaré en mi sillón favorito escuchando la música de Mozart que me dirá más de mil palabras. Los invito a que tomen asiento y juntos disfrutemos de algunas de sus obras más representativas como son:
“El rapto de Serallo”
La Sinfonía No. 35 “Haffnr”
“La pequeña serenata nocturna”
“La FlautaMágica”
“Las bodas de Fígaro”
“Don Giovanni”
La Sinfonía No. 40
El concierto para piano No. 21
“El Réquiem”
Desde algún lugar en medio de esta tierra de nunca jamás. Fer.
Más de la obra de Fernando Ramírez Vázquez:
"Feliz, feliz no cumpleaños..." Lewis Carroll
Luces, cámara...¡Dalí!
"¡Amadeus... Amadeus... ooooh, Amadeus!"
Fernando Ramírez Vázquez