martes, 10 de marzo de 2020

Poemas Inéditos de Brenda Flores (México)


Puede que tenga el encanto de un hada que se perdió en Ciudad de México, de pronto pasó por Canadá y la última vez que la vieron fue en las montañas del Cusco en Perú, buscando la esencia sagrada de los Incas. Lo más seguro es que, por tener las características de ser elemental, su rumbo siga como colibrí picoteando la salvia de las herbáceas que la vuelve mujer, misterio y en su momento, madre. 

La poesía de Brenda Flores toca lo sencillo y profundo de las cosas, un amor se reitera en una constante búsqueda; la noche en la que se mete como ave exploradora, también le gusta sacar cuentas, pero estas no son las de la lógica común y por eso le suelen salir las cosas al revés; ella es una poeta en procesión. Sabe hablar con los ríos, los árboles y con los seres invisibles que de vez en cuando la van a visitar a su tienda de campaña, o en la habitación de una montaña sagrada. Su poesía es melcocha, ternura, búsqueda de la sabiduría suprema, evocación a los dioses, puente para conectarnos al mundo espiritual, retorno a lo esencial y también distancia. /Luis Manuel Pimentel



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SALVIA


Misterio, rompecabezas que se arma de a poco
solo la vos de lo que escucho puede salvarme
arde la vida como hoja seca al fuego
ningún corazón pasa desapercibido por estos ojos
¿Qué hacen mis manos para tocar al otro?
ojalá fuera un ramo en manos de curandera
y pasar besando los rincones del polvo.



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EL AMOR TIENE OJOS

Se toma con la mano izquierda, fuerte, firme, con la misma fuerza que se sujeta, se deja ir, libre y abierto a todas sus posibilidades, sus múltiples quizás, disfruta el agridulce que el otro le refleja, cimbra bien su tierra para dejar expresar la oscuridad del otro.
Sabe marcar el límite que le permite florecer y no ser asfixiado, no ve las arrugas de los rostros, solo la elegancia con la que dos espíritus conversan en silencio o frente a su burda obscuridad.
Te toma y si te ocupa, te hace procrear otro humano, una planta de maíz, una pintura, una escultura, un poema, un buen escrito y quizá una buena vida.
Es y no se elige, lo que se elige es sostenerlo, alimentarlo, transformarlo, multiplicarlo, no se fuma solo, se comparte como una pipa de tabaco, como una ronda de mate o una sonrisa en el rostro, si el amor te elige, no habrá mucho que hacer, más que aprender a mirar, a través de sus ojos.

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NOCHES

Puedo decir que también he sido de las noches,
deambular por los matorrales de pensamiento
donde crecen selvas y hacen camino,
escucho a los que duermen
el canto de los grillos

ha sido mi mejor preludio.

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DOS U ONCE


¡Llamen mi nombre!
devuélvanme las ganas de andar sola
e implacable por el mundo.
Invoco mi canto anti-domesticación,
rezo para encontrarme al final del túnel
tener las alas listas para transformar el vuelo en árbol,
estar lista para navegar por la tierra.
Se sujeta un sueño
parece borrarse con el tiempo,
te haces llamar muchas veces
indiferencia absorta en el fuego.
¿Quién dijo que tú y yo, algo?
quizá nuestra suma uno más uno
no da para dos, quizá de once,
once mil veces mejor que nada y que nunca
porque según los cálculos universales
nosotros hemos podido ser siempre.

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PARIRSE A SÍ MISMA


Me abrazo de esta humanidad, dejando partir el hueco que sale de mi vientre, llena de constelación he infinitas posibilidades. Veo la cara de Buda frente a los ojos, la media sonrisa diciendo lo del medio nace. Llevo en mi corazón la semilla de las cuatro nobles verdades, en la memoria del cuerpo el sabor de la impermanencia, la capacidad de adaptarse y sobrevivir como hija de un pueblo águila serpiente, en el paladar el sabor de la tortilla recién hecha, del huauzontle que crece al lado del río, la bendición de dulces y prodigiosa de la tía Pascuala, llevó la prolongación de Aztlán, la voluntad guiada por el vuelo de un colibrí, parto y hendidura en el cosmos, la piel besada por bocas que saben amar. Llevo un tolteca en estado de reconstrucción, un águila que apenas sabe reconocer su vuelo.
Llegó aquí a esta tierra, a darme sol, a darme luz, a darme a luz, parir, gritar entre cada contracción, sostenida entre dulas y dulos.
Llegó aquí para poner la cara, el pecho, el vientre, sostenerme, nutrirse, acunarse desde esta llikia de colores, DAR A LUZ, DARSE A LUZ, DARME LUZ.



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Brenda Flores (Metepec Mx. 29 noviembre 1991) Curiosa incansable de las distintas culturas, emprendió un viaje por el mundo, llevándola a conocer distintas formas de vida y pensamiento Como todo viajero encontró en la escritura una forma de trasmitir lo que sus sentidos iban percibiendo, así comenzó una nueva inmersión en el mundo de la poesía. Actual mente se encuentra en Cuzco Perú y está por publicar su primer libro llamado “ATRAVEZ DEL RIO”.