lunes, 16 de marzo de 2020

Noche Azul (Poema)


A Uriel, por la amistad




Fueron las furias que se mueven
en el firmamento rapaz.
Nosotros, como si el tiempo

llegara a un fin.
Había una tenue marcha, llena de amor
y optimismo, todos sobre el instante
como si fuera el vendaval
que se mezcla en algún lugar
con las notas de amor de la familia,
un blanco y también rojo
del momento preciado,
ese, que uno va descubriendo
en la constancia;
constancia de un desvanecido
color fuerte
y un recoveco más allá de la servilleta,

un instrumento, la vida.

Nosotros sobre la nube 358 del advenimiento
de un instante casual
irrepetible,
cuando el mariachi se vuelve religión,
cuando todo parece que se acababa
allí estamos,
una familia ajena y cercana
una golondrina pasajera

el amor
que se volvió tierra y agua
una nostalgia que se vuelve luz
y estornudo,

es como si todo
lo que hubiéramos plantado
fuera la liberación,
un Otlaltepec reluciente
el cual miramos
como si en la distancia volaran
los colibríes
a un lugar ajeno,
noche azul
de amigos, de padre y del amor
que vuelve a chocar en el vidrio
y una golondrina
casual que se repliega.

Los dioses
brindaron
en la abigarrada noche de inventos
y triunfos

noción de un verde
ahora
no tan azul
que se vuelve un martillo
un taladro ¡Uriel!,
en el abrazo eterno con tu mamá,
creyendo en la bondad
de un templete
que subyuga y hace rendir
un tributo ajeno y cercano
de México,


que se mueve con el universo
que nos lleva en ilusión
de una juventud
que poco a poco se apaga y que también
se mueve rápida
como el amor sangrado
como el bienestar de un punto rojo
como la simpatía de un momento crucial
cuando para mí todo
parecía perdido,

allí estás

en laberinto
de un país vendaval
de un tiempo que no tiene retorno,
de un instante y de volver
a creer que existen
tres cabras pastando entre
los cactus
que se cuecen en tus manos,
en el apoyo .

un diente de león
que cae sobre el pecho
de 358 personas,
una posibilidad,

una caminata en la arena
una figuración de un mundo
de una instancia
de un recuerdo,
y un ave de la noche queriendo detenerme
como si todo fuera real,
como si todo tuviera una mañana
como el destino.