30 de septiembre de 2019
La astronomía es útil para inspirarnos a salvar la Tierra, para apreciar nuestro pasado cósmico y darnos cuenta de que hay mucho tiempo hacia adelante para que la humanidad haga cosas sorprendentes. Desde esa perspectiva, Sandra Moore Faber, doctora honoris causa por la UNAM, instó a los estudiantes de la Facultad de Ciencias (FC) a trabajar para preservar nuestro planeta, “el único que tenemos por ahora”.
Acompañada por el coordinador de la Investigación Científica, William Lee Alardín; la directora de la FC, Catalina Stern Forgach; y el director del Instituto de Astronomía, Jesús González, la catedrática de la Universidad de California, Santa Cruz, destacó que son los jóvenes quienes con sus ideas pueden ayudar en la preservación de un planeta que “podría ser único en el Universo”.
Durante la conferencia Cosmic knowledge and long term strategy of the human race, detalló que “la Tierra será un sitio para vivir al menos 100 millones de años, se nos ha dado el regalo del tiempo cósmico; entonces, ¿lo vamos a usar o lo vamos a desperdiciar? Cuando decimos que somos la primera generación de humanos que se enfrenta a este reto, es porque también somos los primeros que tienen este conocimiento, junto con la capacidad de perjudicar o salvar el futuro”.
Ante cientos de estudiantes y profesores de esta casa de estudios, reunidos en el auditorio Alberto Barajas Celis, Sandra Moore Faber, quien estudia el cosmos, sus nubes de gas y cómo ciertas zonas de un planeta pueden determinar si puede o no existir vida en él, destacó que si bien se han encontrado planetas que orbitan otros sistemas solares, en realidad no es seguro que sean ‘gemelos’ de la Tierra, “de ahí la importancia de cuidarla más”.
Productividad inalcanzable
La investigadora aseguró que no hay forma de incrementar la producción económica, todo debe ser reciclado. “Si tomamos en cuenta una perspectiva cósmica, ser sustentables es algo completamente diferente a lo que implica la economía”.
Cuando se habla de crecimiento económico se busca que éste sea constante, pues los líderes políticos sostienen que de lo contrario pereceremos, pero al poner el problema considerando los tiempos cósmicos, las cosas cambian drásticamente.
Creen que la Tierra puede crecer en un factor de productividad 16 veces mayor al actual, “lo dudo. Los economistas ven la productividad, pero no la capacidad del planeta para alcanzarla. Es claramente imposible”, remarcó.
Nosotros, como población, estamos llegando a un límite inconveniente, que lleva a nuevos temas morales que se refieren a la forma ética de enfrentar el futuro como especie.
“No tenemos una sensación de obligación con las generaciones futuras, no nos hemos puesto de acuerdo en si tenemos una responsabilidad de custodia con la Tierra, tampoco sabemos si existe un verdadero valor intrínseco en las actividades futuras de la humanidad y no creemos que se tenga un destino, nadie ha pensado a esta escala de tiempo”, reconoció.
William Lee Alardín coincidió en que la astronomía es una ciencia básica que ha tenido una larga historia en nuestro país, y sigue vigorosa y vigente en el conocimiento científico, además de buscar el desarrollo de aplicaciones y motivar a la sociedad para trabajar por el conocimiento, para que pueda estar más informada, más crítica, adaptable y resiliente ante los cambios que vienen, que en este siglo serán más acelerados.
Sobre la entrega del doctorado honoris causa a Moore Faber, Lee destacó que se trata de un premio que honra los más altos estándares y principios de la investigación. Para esta casa de estudios es un honor contar con la responsable de la instalación del Observatorio Keck, en Hawái, así como del equipo que diseñó una de las más importantes cámaras del telescopio espacial Hubble.
Sandra Moore Faber es mundialmente reconocida por ayudar a comprender cómo es que las galaxias se forman, funcionan, requieren de la materia oscura, agujeros negros, y ha tenido una gran influencia sobre la teoría del Big Bang, además de escribir 325 artículos y ser citada más de 60 mil veces.
Boletín UNAM-DGCS-683/2019