13 de agosto de 2019
Sin mediar palabra alguna
lamentaste el amanecer,
tomaste tus ojos,
tu vientre,
tus uñas,
todo lo demás;
con tu piel forraste tu ser,
te vestiste
y te marchaste
sin darte cuenta
que te fuiste sin irte,
que te quedaste sin estar,
y que vas deambulando incompleta,
como cuando le falta una pieza
a un rompecabezas
o un engrane a un reloj,
porque aquí dejaste
un trozo
de la zona izquierda de tu corazón,
esa región
en la que dicen
reside el amor.
