15 de agosto de 2019
Ella,
con la pena
de los buenos modales,
se disculpa
por quitarle tiempo.
Él,
sin pensarlo,
encoge los hombros
mientras una tímida risita
aflora en sus labios
enmarcados en un bigotito
de Pedro Infante,
unos lentes de John Lennon
y una pila de libretos en sus brazos,
pero no dice ni pío,
aunque en el fondo
sintetiza muy bien para sí
lo que siente al verla,
pero le falta valor
o le sobra cobardía:
ella no le quita tiempo,
ella le da vida.
