16 de junio de 2019
Caminamos obsesionados
tratando de hallar
¡quién sabe qué!,
sin ver que hay piezas
sueltas por doquier
que no encontramos,
porque tienen patas,
saltan y corren
para no ser atrapadas.
Con trozos diferentes
armamos rompecabezas
que son pasajes dispares,
variados,
heterogéneos
como desfile de átomos
en carretera cuántica;
esa es la complejidad
de la existencia,
la que nos truena los fusibles,
porque tratamos de abarcarla toda
para archivarla
y examinarla de pies a cabeza
con taxonomía certera.
Caminamos obsesionados
sin caer en cuenta que ese andar
troca en carrera
y luego en maratón interminable.
En esa inercia
se nos va la vida
en un abrir y cerrar de ojos,
temiendo que la muerte
nos halle vacíos y secos,
angustiados por no poder hacer nada,
porque nos comimos la existencia
como golosina adictiva.
Huecos,
hastiados,
neuróticos,
marchitos
y sin ganas
esperamos la hora funesta
de nuestra partida.
Y todo por no darnos cuenta
que caminamos obsesionados
tratando de hallar
¡quién sabe qué,
en quién sabe dónde!
Abel Pérez Rojas (@abelpr5) es escritor y educador permanente. Dirige Sabersinfin.com
