En el transcurso del reloj el camino mismo se deshidrata
Fragmentando cada anhelo al ritmo de sus propias frustraciones.
Amargura y debilidad. Ilusión vestida de harapos mortecinos.
En el transcurso los pasos mismos se arremolinan en una turba
De pensamientos, recuerdos, culpas y una ocasional sonrisa.
El camino se prolonga más con cada paso. El pasado se aleja
Y el futuro no tiene porvenir, mientras el presente mismo
Se asfixia entre los poros de sus propias adversidades…
¿Dónde hallar el sentido y motivación que le de valor al calendario?
¿Entre los apegos y las evasiones o en la propia búsqueda ensimismada?
O ¿Entre los escombros que las ilusiones germinaron tiempo atrás?
Las tardes grises sólo se tiñen de televisor y el mismo cielo llora
Ante la tristeza de un paisaje senil en que la vida se repliega
En el ocaso de una sonrisa que se apaga día con día.
Ante la evidencia sólo se germina la pregunta…
¿El valor de toda una vida se cobra en una vejez enjuta
Que deshidrata lentamente cada uno de sus recuerdos
y lagrima a lagrima seca los días esperando terminar su viaje?
Juan Carlos Martínez
(El monje hereje)
