lunes, 1 de abril de 2019

Experto: "El circo en México, con antigüedad de al menos 3,000 años"


30 de marzo de 2019


Antecedentes como la estatua del Contorsionista del Preclásico Medio, Tlatilco 1000 a. de C. revelan que el circo en México tiene una antigüedad de por lo menos 3,000 años, reveló el historiador de las artes circenses Julio Revolledo, quien además es director de la Licenciatura en Artes Escénicas y Circenses Contemporáneas de la Universidad Mesoamericana, Puebla, Plantel Sur.
Un antecedente de los trapecistas, lo tenemos en la tradición de los Totonacas, conocida como los voladores de Papantla, por ello, no es de extrañar que los mexicanos han resultado galardonados en festivales internacionales de circo, dijo.

Si tuviéramos que compararnos con China, Rusia, Francia, que son las potencias circenses mundiales, encontraremos que los mexicanos han destacado en ejercicios equiparables al vuelo.

Desgraciadamente es una actividad que está desapareciendo, porque no hemos sabido aquilatar e impulsar esta tradición milenaria, en virtud del poco apoyo por parte de quienes han estado al frente de las instituciones de cultura de nuestro país, aseguró el especialista.

El cronista Bernal Díaz del Castillo nos habla sobre las bromas de los indios chocarreros -explicó Revolledo-, algunos eran chicos de cuerpo, ellos cantaban y bailaban a Moctezuma, quienes son el antecedente más lejano de los payasos.

Xocuahpatollin, por ejemplo, es la habilidad que los mexicanos desarrollaron en sus pies para jugar en el aire, un palo rollizo, liso, que arrojaban y recogían en cada evolución. A esta descripción que hizo Francisco López de Gómara, hoy le llamamos antipodismo o malabares con los pies.

Truhanes y antipodistas mexicanos fueron exhibidos ante el Papa Clemente Séptimo a inicios del siglo dieciséis, luego de la conquista de América, refiere el historiador del circo mexicano.

Bernal Díaz del Castillo se refirió a los Matachines donde participaban tres personas y uno se subía sobre los hombros de otro y el último ejecutaba maravillas, con lo que está cubierta la disciplina de la acrobacia.

Todo ello se ha registrado en diversos códices que atesoran bellísimas imágenes de nuestro pasado, insiste Revolledo. Entre ellas, nos revela que las imágenes circenses han estado presentes por centurias lo que fortalece el concepto que debe ser considerado como un patrimonio nacional, que se ha mantenido vivo a pesar de todos los embates de la historia.

La evolución hacia el circo moderno surgió con el inglés Philip Lailson. A partir de 1808 en la ciudad de México, empezaron a surgir las familias que atesoraron, transmitieron y preservaron las técnicas y el amor por el arte circense.

Todas estas artes circenses forman el bagaje de la cultura nacional, tal como los trajes típicos, la comida regional, la arquitectura de ciertos lugares, pero además el circo tiene la virtud de ser arte vivo… que poco a poco parece apagarse.

En Latinoamérica todavía montan sus espectáculos circos de las familias con más de 200 años dedicadas al circo, como Los Suárez, Los Atayde, Los Vázquez, Los Esqueda (en orden de antigüedad)

Nuestras autoridades deben hacer el esfuerzo, se lo merece y es su obligación, en reconocer al circo como patrimonio cultural inmaterial en México, para adherirnos posteriormente al grupo de naciones que está trabajando ya a nivel mundial para lograr este reconocimiento por parte de la UNESCO.

Redacción.