5 de enero de 2019
El amor también es un estado mental,
la distancia lo demuestra,
lo enseña con cada segundo,
con cada centímetro de separación.
Podemos estar apartados
y tan cercanos a la vez,
podemos estar rodeados de quienes nos aman,
pero sentirnos desolados.
Se aprende a amar con el tiempo,
con los golpes y alegrías de la vida;
difícilmente nos volvemos expertos:
por nuestros apegos,
por nuestro egoísmo,
por nuestra ignorancia,
por nuestros miedos,
por nuestra soberbia.
El amor no radica sólo en la mente
ni únicamente en el corazón,
está en cada poro,
en cada célula,
es una especie de mente-corazón.
Entrena tu mente-corazón
y estarás más abierto al amor.
Medita lo que te digo:
el amor también es un estado mental.
Abel Pérez Rojas (@abelpr5) es escritor y educador permanente. Dirige Sabersinfin.com
