- La Historia Jamás Contada -
Aunque es algo en general imperceptible para el gran
público, mucha gente ha visto su vida afectada por sucesos misteriosos, llegando incluso
al grado de hacérsela miserable, pues lejos de ser tan sólo el producto de una
imaginación desbocada o tal vez algún trastorno mental, como siempre quieren
verlo los más “comprensivos”, resulta en ocasiones de una realidad que llega a
desconcertar y aún atemorizar un poco hasta al más escéptico.
Como nos sucedió hace casi 29 años con una (entonces)
muchacha estudiante del 6º Semestre de Psicología de la Universidad pública
local, que nada indicaba estuviera viviendo el principio de un drama que
terminaría involucrándonos con fenómenos y personas muy extrañas y
potencialmente peligrosas. (Aclaro que no se trataba de un role game, entonces
en boga en Estados Unidos, sino de un fenómeno genuino, aunque inusitado para
una persona joven y normal cursando una popular carrera universitaria.)
Todo comenzó en abril de 1989, durante una de las sesiones de
diseño de un Cuestionario que un equipo, con el cual yo colaboraba y del que
ella formaba parte, utilizaría en un proyecto escolar de investigación sobre
cine pornográfico, ya que al abordar el tema de la satanización del cuerpo por la
Religión dominante, sobre lo que yo había sustentado una Conferencia apenas el
semestre anterior, me preguntó, mirándome fijamente a los ojos: “¿Crees que
exista el Diablo?”.
Aunque la inesperada pregunta me puso inmediatamente en
guardia, sin inmutarme reviré: “En lo personal nunca me ha pasado nada, aunque algunos
amigos, de los que no tengo por qué dudar, me han contado algunas experiencias.
¿Por qué me lo preguntas?”. - “¡Ah, es que yo tengo un espíritu!”. - “¡¿Cómo?!”,
exclamamos a coro el resto de los presentes, pasando ella a contarnos los
escabrosos detalles. Recuerdo haberle comentado entonces: “Según lo que he
leído, eso es peligroso”. - “¡No: si es mi amigo!”, fue su cándida respuesta.
Por todo lo que sucedió a partir de entonces y como una forma
de protegerme en el futuro contra lo que suele acechar, tanto de orden sobrenatural
como humano - ¡las sectas, de un signo u otro, ni más ni menos! - en este tipo
de situaciones, me propuse investigar, lo más seria y sistemáticamente posible,
éste y otros aspectos estigmatizados de la experiencia humana, no como
tradicionalmente lo abordan religiones, escuelas herméticas y toda clase de exorcistas
y ocultistas self-made, a partir de dogmas y actos de fe, sino de los hechos
como tales y el entorno en que se presentan y evolucionan, es decir, como una HISTORIA NATURAL, sobre la cual poder aplicar el repertorio de instrumentos teóricos y
filosóficos desarrollado en campos tenidos por más “respetables” del
conocimiento.
Una tarea de lo más laboriosa y solitaria pues, aparte de la
carencia de fuentes estables y, sobre todo, confiables de información, esto es,
lo menos sesgada o “interpretada” posible, son sorprendentemente escasas las
personas dispuestas a comprometerse en investigaciones reales que eventualmente
subsanasen dicha falta, como lo comprobé “sobre el terreno” en 2009, cuando a
través de un programa especializado en una radiodifusora comercial, llamé a
constituir la SOCIEDAD INVESTIGADORA DE LO EXTRAÑO, una Sociedad Científica
informal en que los interesados, sin ningún tipo de cortapisa burocrática o de
prestigio - títulos académicos, de nobleza o similares – pudiesen profundizar
en casos de primera mano - o fuente - propuestos por ellos mismos, obteniendo
UNA sola respuesta.
Pero ahí sigue el Proyecto, replicable por cualquiera en
cualquier lugar, del que estoy convencido es una necesidad REAL por existir
casos también reales que demandan algo más que felicitaciones por tratarse de buenas
historias o, aún peor, consejos oficiosos que sólo complican o retardan su
solución si no es que la alejan para siempre…
¿Cómo podremos entonces auxiliar efectivamente a los TOCADOS
POR EL MISTERIO – incluso nosotros mismos -, si no tenemos idea de lo que está
sucediendo?
Fernando Acosta Reyes (@ferstarey) es fundador de la Sociedad Investigadora de lo Extraño (SIDLE), músico profesional y estudioso de los comportamientos sociales.
Imagen: medicinapreventiva.info