20 de mayo de 2018
Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Pablo Neruda
Lo ungió con lágrimas, besos y abrazos,
y ese gesto agridulce que aún le puede;
se aleja y se disuelve con sus pasos,
lejos están aunque ellos puedan verse.
Humo, humor, amor tozudo, fracaso,
se niega a morir, de suspiro agreste;
días, semanas, meses, años lasos,
noches de olvido, mañana amanece.
Cruel esa manecilla segundera,
y aquella recién dictada condena,
de amar a muerte, a una triste quimera.
Parar el tiempo con la adormidera,
fumar fantasmas de sueños que enervan,
guardar su humor en la sangre quisiera.
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