sábado, 3 de febrero de 2018

Los OVNIS más allá de la ETH


- La Historia Jamás Contada -

La “hipótesis extraterrestre”, cuyas siglas –en inglés- son las que figuran en el título, ha sido indudablemente la más difundida, pero no la única posible, acerca del origen de las misteriosas apariciones aéreas que han intrigado a la Humanidad desde los albores de su Historia.

Fue popularizada en gran medida –y no tan “inocentemente”- por la USAF –Fuerza Aérea de los Estados Unidos- desde las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial, aunque por supuesto no provenía de la burocracia militar, sino del campo de la science-fiction, ficción literaria que establece sus argumentos a partir de los hallazgos científicos, sus aplicaciones y consecuencias. (Que, incidentalmente, ha llevado a no pocos científicos–burócratas y escritores del género, a reducir todo el asunto a la pura imaginación.)

Pero incluso bajo este concepto materialista-vulgar y racionalista, muy propio de (la era de) el maquinismo, el fenómeno no deja de ser inquietante, como lo comprobé yo mismo en diciembre de 1968 tras haber leído, sumaria y extensamente durante esas vacaciones escolares, una especie de enciclopedia en fascículos llamada CÍCLOPE: la incógnita del espacio, cuidada edición española ilustrada sobre el tema.

Resulta que comencé a experimentar inesperadamente una vaga pero inconfundible sensación de miedo, que se acentuaba al encontrarme solo y en la oscuridad y frío de la noche, una situación que ya entonces buscaba porque me procuraba el ambiente adecuado a mi lado dark. Sería hasta diez años después que entendería la causa, leyendo un clásico del otro punto de vista: PASAPORTE A MAGONIA, de Jacques Vallée, donde el autor compara sistemáticamente la masa de reportes sobre avistamientos y aterrizajes de ovnis, pero sin expurgarlos de los detalles aparentemente absurdos, como solían hacer sus colegas “científicos”, nada menos con… ¡los relatos sobre hadas de la Edad Media! Por eso el reavivamiento del terror nocturno, atavismo de la infancia, una década atrás. (Irónicamente, ese mismo año se estrenó aquí, el viernes 30 de junio, la “extraterrestre” película de Steven Spielberg, ENCUENTROS CERCANOS DEL TERCER TIPO.)

¿Extraño? Tanto como el fenómeno mismo, que no admite una explicación simplista, incluso reduccionista, de que se trata tan sólo de “visitantes del espacio”, un poco como nuestros propios astronautas, sino que involucra aspectos profundos de la psique cuyo contenido y significado -¡saludos, Jung!- no son tan idílicos como los pintan los ufoptimistas.

Acontecimientos tan bizarros como sus contactos con y abducciones de terrícolas aislados, lo mismo que eventos de impacto social como los agrogramascrop circles, círculos de los sembrados-, tampoco reducibles en su totalidad a malévolos hoaxes de ancianos desocupados y sus inevitables copycats –“imitadores”, en sentido policiaco- o el intrigante “asunto UMMO” de finales de los ’60, nos indican que seguimos ignorantes del fondo de todo esto.

Por ello no nos queda sino concordar con el estribillo del popular programa de televisión y "continuar investigando", sólo que ampliando el horizonte de búsqueda y reflexión, por subjetivamente incómodo –o atemorizante- y seguramente impopular que resulte para quienes se formaron en la creencia de la naturaleza “celestial” de este tipo de sucesos.

(Publicado originalmente en Sabersinfin en noviembre de 2015)

Fernando Acosta Reyes (@ferstarey) es fundador de la Sociedad Investigadora de lo Extraño (SIDLE), músico profesional y estudioso de los comportamientos sociales.

 Imagen: magonia.com