Sabersinfin
“Los barrios, después de la familia,
son la unidad básica para la gestión
de espacios de educación permanente”.
Abel Pérez Rojas.
La Carta de Ciudades Educadoras encierra una serie de principios que han permitido orientar positivamente los esfuerzos en torno a miles de ciudades alrededor del mundo, pero no obstante su utilidad y riqueza sintética, en dicho documento se cometió, creo yo, un error en el planteamiento de origen.
La ciudad no es la unidad básica social en la cual confluyen “las incontables posibilidades educadoras” con las “fuerzas e inercias deseducadoras”, sino que éstas se manifiestan en primera instancia en el barrio, en las colonias, en las juntas auxiliares o sus símiles.
Esta omisión ha ocasionado en gran medida que a menudo las autoridades de las ciudades no puedan conectar adecuadamente con las necesidades e intereses de los habitantes de dichas demarcaciones porque soslayan la diversidad viva, que no fue considerada en los programas y acciones del gobierno de la ciudad.
La confluencia aludida en la Carta se manifiesta embrionariamente en las familias, al interactuar éstas con otras personas u otras familias, se impacta el entorno más cercano y es en esa periferia en la cual se ve la identidad propia que sumada a todas y cada una de las provenientes de los distintos polos conforma la de la ciudad.
Mire, por ejemplo en la ciudad de Puebla no es lo mismo vivir en el barrio de El Carmen que en el lado norte del centro histórico de la misma ciudad.
En el barrio El Carmen si usted toma como centro el Jardín del mismo nombre y traza una circunferencia con un radio de cinco calles, hallará más de treinta colectivos, empresas y organizaciones civiles culturales, y casi un igual número de universidades e instituciones públicas y privadas de educación básica. Es indudable la vocación cultural de una demarcación que por si fuera poco se asienta entre cimientos de los siglos XVI al XX.
Al seguir los criterios de la circunferencia imaginaria, en la misma ciudad, pero más al norte, si tomamos como centro la calle 5 de Mayo esquina con la 16 Poniente, usted verá que, no obstante la riqueza arquitectónica antigua, lamentablemente años y años de abandono, complicidad e indolencia, han convertido a esa demarcación en un lugar altamente peligroso en el cual conviven la prostitución, la drogadicción, la contaminación visual de sus calles, el comercio informal y muchos males que han ido despoblando paulatinamente la zona.
Por consiguiente, las acciones para su atención son otras totalmente diferentes.
El ejercicio anterior bien se puede realizar en cualquier ciudad del mundo y podrá verse cómo la diversidad y complejidad se manifiesta en espacios más reducidos a los comprendidos por las ciudades. Hacer visible esto permitirá comprender de mejor manera la complejidad de las ciudades.
Vale la pena que los miembros de la Asociación Internacional de Ciudades Educadoras revisen con detenimiento y hagan suya la Carta del Barrio Educador, esto permitirá contar con otro instrumento para conceptualizar, comprender y atender mejor la identidad y problemática de cada barrio de manera adecuada y finalmente, que todos y cada uno contribuyan a la sana identidad de la ciudad.
¿Qué le parece?
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Abel Pérez Rojas (@abelpr5) es doctor en Educación Permanente. Dirige: Sabersinfin.com.
Imagen: edcities.org