domingo, 22 de marzo de 2020

La utilidad de indagar en el Misterio




- La Historia Jamás Contada -

Todos los aficionados al Misterio tuvimos que comenzar alguna vez. Afirmación que suena a perogrullada, aunque estrictamente no lo es porque…  ¿cuántas veces no nos hemos hecho esa pregunta analizando nuestra “curiosa” costumbre de buscar en lo conocido –research- tratando de dar con algo que sospechamos está ahí? ¿Pero dónde, tan sólo en nuestra imaginación o en algún repliegue de la realidad objetiva?

Y la califico de curiosa porque ciertamente no la manifiesta la mayoría de la gente, que se queda con lo que le dan, sin indagar y menos cuestionarse sobre la veracidad, exactitud o validez de lo que se afirma oficial, popular o mediáticamente sobre un tema dado. ¿Qué nos deja tan  insatisfechos de tales afirmaciones que sentimos casi la compulsión de planteárnoslo todo nuevamente?

Un hecho también curioso, pues una vez habiendo dado con LA respuesta, deberíamos haber continuado con nuestra vida ordinaria, como si una especie de psicoanálisis espontáneo nos hubiera librado de la obsesión por encontrarla.

Seguramente la pasión que sentimos por investigar misterios responde a un imperativo más profundo que nos hace reincidir en la búsqueda, aunque contemos -en apariencia- con toda la información disponible sobre el caso.

Pero aquí es donde aparece la cuestión central: si ya todo está investigado, ¿dónde habremos de seguir investigando? La respuesta lógica no puede ser otra que… ¡en el mundo de todos los días, donde no sucede –o no debería suceder- nada nuevo!

Pero si las cosas se han vuelto demasiado conocidas, se debe a que en algún momento hemos dejado de prestar atención a otras nuevas o nuevos aspectos de las primeras. (Aquí viene la cuestión del sentido común, que de apoyo se convierte en obstáculo al impedir ensayar otras interpretaciones de la realidad.)

Aunque estas reflexiones son válidas para la investigación en general, cuando se aplican a lo muy difícil de desentrañar, como el Misterio, resultan determinantes al penetrar decididamente en el trasfondo de lo convencionalmente aceptado, su “dimensión desconocida” por decirlo así, dándonos una nueva visión de lo que teníamos hasta entonces por incuestionable, algo muy tentador, sin duda alguna. (El mismo Psicoanálisis es un ejemplo de lo que puede aportar indagar en lo misterioso cotidiano, como los sueños.)

¿Y a cuántas cosas “obvias” no podríamos aplicarles también la metodología de la investigación del Misterio? Si somos capaces de buscar – y, eventualmente, dar con- misterios en lo conocido, obtendremos en principio dos cosas: reconocer que no lo conocíamos todo y, además, que la Realidad es más misteriosa de lo que dábamos por hecho, quedando aún mucho por explorar.

Por eso, si refinamos nuestra sensibilidad para el Misterio aplicándola a lo cotidiano, como son los lugares conocidos y los hechos acostumbrados, además de hacer más interesante nuestra vida, podremos comprender mejor la Realidad al contar con nuevas perspectivas desde donde contemplarla, analizarla e interpretarla, resultando con mejores posibilidades de INTERVENIRLA cuando así lo consideremos necesario.

SÍ, INDAGAR EN EL MISTERIO PUEDE SER DE UTILIDAD PRÁCTICA.

Fernando Acosta Reyes (@ferstarey) es fundador de la Sociedad  Investigadora de lo Extraño, músico profesional y estudioso de los  comportamientos sociales.

Imagen: Internet