domingo, 24 de noviembre de 2019

Paralelismos centenarios




- La Historia Jamás Contada -

Este año se cumplen 100 de la fundación del organismo pionero en la investigación científica de la sexualidad humana, el INSTITUT FÜR SEXUALWISSENSCHAFT de Berlín, cuya historia y la de su principal promotor, el médico alemán Magnus Hirschfeld, activista a favor de los derechos de las personas homosexuales, son hoy tan relevantes como entonces debido a la presencia de circunstancias históricas similares. Tanto una como otra están disponibles en Internet y a ellas remito a los interesados en conocerlas con mayor profundidad.

El primer paralelismo de entonces y ahora, son los modernos defensores y promotores de los derechos de la DIVERSIDAD ERÓTICO-SEXUAL -como cualidad y como grupo-, de quienes sabemos por las “probaditas” que nos convidan los medios, sea en notas o debates televisivos, pero de los que NUNCA escuchamos su argumentación completa, quedando en desventaja respecto a las especiosas peroratas de los defensores del statu quo moral y sus grandilocuentes citas, cuyas fuentes poco o nada tienen que ver con un conocimiento propiamente científico.

Existe también el paralelismo de sus opositores. En el caso del Institut, nada menos que los nazis, quienes se encargaron en 1933, con la llegada de Hitler a Canciller, de disolverlo y quemar sus Biblioteca. En la actualidad, esto lo realizan básicamente los grupos de presión religiosos a través de manifestaciones multitudinarias y campañas de declaraciones en los medios, pero también de un  lobbying selectivo de políticos y funcionarios, que de la noche a la mañana cambian su vehemente actitud inicial por una más cauta y contemporizadora, "explicando" al público que hay asuntos  “más apremiantes” (¿?) en la lista de espera.

¿Y qué hay de la ciencia, el conocimiento  de los hechos sobre los que se proponen decidir (algún día muy lejano) tales representantes  populares y/o servidores públicos? NADA: ellos sólo proponen y votan –o botan, pero a la basura- lo que creen o les dijeron, pero en realidad no saben ni quieren saber de qué se trata todo esto.

Por eso me dio gusto enterarme ayer en este mismo blog, de una actividad formalmente universitaria (ir al LINK) que aborda abiertamente el tema de las sexualidades excluidas, tal como lo hacíamos nosotros en aquella década de los 80, lo mismo como espectadores y participantes que como organizadores y promotores, antes de que una ola de pudor institucional produjera cosas tan extrañas como el software creado por un estudiante de Computación capaz de medír... ¡la cantidad de piel expuesta en una imagen para fines de censura! -así como suena, en plena Universidad-.

Qué diferencia de cuando en 1989, le informaba a una entusiasta  estudiante, miembro de un equipo de investigación sobre las preferencias sexo-cinematográficas de los universitarios con el cual colaboré, que no suelen ser los médicos o incluso los psicólogos -como ella pensaba- quienes pueden decirnos o señalarnos algo relevante o significativo sobre nosotros y nuestros cuerpos y sus relaciones e interacciones con los otros, sino los antropólogos y, más aún, los ARTISTAS.

En todo caso, no deja de ser una BUENA NOTICIA que este deseo de conocer y comprender para transformar no "desaparezca de la escena" –significado literal de obsceno- pública a pesar del oscurantismo de una burocracia política demasiado temerosa como para ponerse a investigar por cuenta propia y DEJAR DE DEPENDER DE SUS CONSEJEROS MORALES-ESPIRITUALES.


Fernando Acosta Reyes (@ferstarey) es fundador de la Sociedad     Investigadora de lo Extraño, músico profesional y estudioso de los comportamientos sociales.

Imagen: Internet