- La Historia Jamás Contada -
No cabe duda que el atraso de las sociedades no depende tanto
de ellas como de quienes las gobiernan, como recurrentemente comprobamos cuando
los avances, digamos “naturales” de aquellas en cuanto a convivencia, derechos y
posibilidades, no alcanzan la sanción institucional que los haría prevalecer
aún en contra de las veleidades y conveniencias de los típicos funcionarios
estatales.
Pues éstos siempre buscarán el favor del poderoso en turno,
miembro de la clase dominante, a cuyo servicio consciente o inconscientemente
se encuentran, como lúcidamente estableciera el famoso MANIFIESTO de 1848 con
la frase "Der Staat ist das Machtinstrument der herrschenden Klasse".
Y el Estado también aspira a ejercer el Poder hasta en los
ámbitos de la vida del individuo que no debieran ser incumbencia de nadie más
que de éste mismo, como las decisiones que
adopte sobre SU PROPIO CUERPO.
Es el caso de las dos recientes “reformas” (¿?) realizadas
por el Congreso local que, prácticamente, dejaron las cosas como estaban: al Artículo 294 del Código Civil, sobre la definición legal de MATRIMONIO, dejando fuera nuevamente al IGUALITARIO y al Artículo 342 del Código Penal, que PENALIZA el aborto.
Sin dejar totalmente de lado las consideraciones jurídico-formales
inherentes a la actividad legislativa, sobre las que suelen explayarse los
medios y sus lexpertos –"expertos en leyes", ¡perdón por el neologismo!-, siendo sin
embargo el factor ideológico lo que determinará a la postre la legislación positiva
resultante, al margen de cualquier discusión posible, nunca resultará ocioso
reconstruir la filiación ideológica de los involucrados, tanto de los propios
legisladores como, en este caso, del Ejecutivo o sus asesores, que en la
práctica vienen a ser lo mismo.
Una primera aproximación sería escudriñar sus ALIANZAS, que siempre
son algo más que pragmáticas, como muchos de ellos pretenden, tratando de
minimizar la extrañeza que provocan entre quienes los siguen de buena fe,
confiando en que alguna razón tendrían para establecerlas.
Pero es posible obtener una mayor definición a partir de un SOCIOGRAMA:
un gráfico en el cual cada legislador individual estaría representado por un punto
o nodo del que parten y llegan flechas hacia y de otros nodos, respectivamente,
haciendo visibles los senderos –paths- por los que determinada ideología se
difunde entre la población legisladora, atravesando las barreras (oficiales) de
color de los Partidos, resultando en un mapa más representativo de lo que
acontece en cada discusión/votación y los temas que uniforman la respuesta de
los legisladores aparentemente más diversos: una RED INFORMAL DE PODER.
Con esto en mente, ya podemos empezar a entender por qué las
agrupaciones que parecen más progresistas suelen aliarse con algunas cuyas
doctrinas son exactamente lo opuesto y, todavía peor, dejarse conducir por ellas,
algo inconcebible desde el análisis político convencional, que lo hace desde una
perspectiva periodística, es decir, dando por buenas las declaraciones pero no cotejándolas
con los comportamientos objetivos de los -aquí sí- “actores políticos”.
Es la razón profunda de que las SANTAS ALIANZAS -esto es, construidas
a partir de inconfesados principios morales religiosos- entre los miembros de
la Clase Política, prosperen y prevalezcan sobre lo que tan trabajosamente han
llegado a comprender las sociedades por sí mismas, dedicándose a sabotear sus
logros a favor de una CONDICIÓN MEJOR PARA TODOS.
Fernando Acosta Reyes (@ferstarey)
es fundador de la Sociedad Investigadora de lo Extraño, músico profesional y estudioso de los comportamientos sociales.
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