26 de julio de 2019
Sí, tienes razón,
soy híbrido,
soy una mezcla de aristócrata
y hippie de Avándaro,
una combinación
de T.S. Elliot y Jaime Sabines,
una mixtura de ornitorrinco y mosco de pantano,
una extraña jugada de póker
con un par de movimientos de cubo de Rubik,
un licuado con fresas
y trocitos de sábila,
un partido de balompié con reglas de beisbol,
un trapecista con pose de estatua
y un guitarrista muy baterista.
Sí, tienes razón,
soy híbrido,
soy resultado del cruce
de las últimas décadas del siglo XX
con las primeras del siglo XXI,
un migrante digital
muy lejano de los nativos digitales,
un romántico,
de esos que están en extinción,
un hereje,
de esos quemados en nombre de la fe
y un utópico,
de esos que son perseguidos.
Sí, tienes razón,
soy híbrido,
soy carrocería de los setentas
con sueños de neonato reincidente,
un kryptoniano muy gótico
y un poeta muy prosista,
por eso soy como soy;
pese a los días grises
pese a los sismos,
pese a la violencia,
pese a las devaluaciones,
pese a los malos gobiernos
y a pesar de los pesares
soy como soy,
sí, tienes razón,
soy híbrido... y único.
