20 de junio de 2019
Bajas la cremallera
- ¿de tu sarcófago? -
das un paso,
luego el otro;
te acomodas,
cierras los ojos,
ubicas tu energía en el entrecejo
y lentamente subes el tan usado cierre.
En la medida que el engranaje
forza las partes
del disfraz de siempre,
la imagen pública
-esa que es la armazón
de tu personalidad-,
toma forma
y todos reconocen
la distinguida presencia
que constituye tu YO SOCIAL,
el que archivas en las noches
para tomar la luz de la Luna,
para disfrutar la libertad de los sueños
y sentir por un rato lo que es ser YO.
Dentro del estuche
inicias otro día más
esperando a que llegue
otro momento de libertad.
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