El cariño no se mendiga
ni se regatea
aunque se necesite,
a pesar de que la vida
se escurra,
la asfixia sea agobiante
y el fin se vislumbre inevitable.
El cariño verdadero
es resultado del amor;
nace,
crece,
se multiplica
y se propaga interminablemente,
porque es onda
que contiene multiversos,
es expansión permanente
que transforma todo a su paso,
particularmente a los avaros,
a los apáticos
y a los resentidos.
Cuando el cariño se da y se recibe
sin regateos,
la vida se renueva con cada caricia,
la fraternidad se vuelve manantial
y la esperanza cobra sentido.
El cariño no se mendiga,
ni se regatea,
porque de darse...
¡no es cariño!
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Abel Pérez Rojas (@abelpr5) es escritor y educador permanente. Dirige: Sabersinfin.com