viernes, 29 de marzo de 2019
A Nora Astorga, combatiente guatemalteca
La encontraron tirada en la calle
con la ropa rasgada del talle.
a cuchillo la cara cortada,
tumefacta, hinchada, golpeada.
Respiraba, se quejaba, apenas;
la existencia salía por sus venas
suplicaba buscar a su madre,
a su hermana, su hermano o su padre.
Pero ¿quién auxiliarla podía?
¿de qué oscuro rincón procedía?
¿quién la conocía, quién de ella sabía?
¿a quién avisarle si ella se moría?
Un fantasma rondó junto a ella,
moribunda, luminosa y bella.
El fantasma tocó sus cabellos,
y cerró aquellos ojos tan bellos.
Misterioso como había llegado,
se marchó, sin haber pronunciado
un sonido, palabra, o frase
que tan sólo lo identificase.
La ambulancia llegó, inútilmente.
una anciana expresó doliente:
que descanse su alma en reposo,
en sosiego misericordioso.
Ella misma recogió el escrito
que dejara el fantasma contrito
en las crenchas de la cabellera,
y cayó sin que nadie supiera
qué decía, cuál era el misterio.
Lo aclararon en el cementerio
cuando enterraron los despojos
adornados con laureles rojos.
“informamos que la camarada,
por la patria fue sacrificada.
La mataron al llegar la aurora.
Fue su nombre de batalla, Nora.
Y otra vez con unción dijo la anciana:
Un responso diré cada mañana
en honor de esta joven abnegada
que consagró su juventud dorada
a luchar por un pueblo oprimido
que a diario se debate en un gemido,
sin encontrar remedio a su desgracia
sin conocer lo que es la democracia.
Ricardo Montes_de_OcaRicardo Montes de Oca ha escrito novelas, ensayos, cuentos y poesía. Ricardo ha cursado estudios profesionales en México y Rusia.