10 de enero del 2019
Estar dentro de lo indefinible, es estar en el cuerpo
no en la conciencia. Voy, vengo o ¿no voy?
Sólo estoy inmersa en un estado abstracto.
De pronto, ese atisbo de ser, de estar, por fin llega.
Te busco, no te encuentro. Te pienso, te recuerdo.
Por unos segundos me quedo inmersa en ti,
en tu piel, en tu calor, en tu aroma
vislumbrando lo que es.
Me transporto hacia ti, es verdad,
no estoy en un espacio indefinido.
No tengo duda,
estoy en un mundo definido: tú.
Como cualquier mortal, quiero que este instante
sea la eternidad. Es efímero, pero lo acepto.
Lo agradezco; agudiza mis sentidos,
los pone a prueba.
Te indagan y te vas, aunque te llevo conmigo.
Mi espíritu te busca, te encuentra,
se enlaza con el tuyo; van, vienen.
Se vuelven uno.
Se escuchan los sonidos de la naturaleza,
Son ligeros, vibran, danzan, son viento.
Mil colores hay en su latir, mil aromas en su existir.
Necesito una pausa. El momento ha llegado.
Todo es fugaz, regreso a mi yo habitual, a lo indefinible.
Tú no sabes que te busqué, no sabes que te encontré,
en un chispazo entre un paralelo y otro. Y el dulce sabor
de tu pulsar, de tu respirar, de tu esencia, permanece.
Silvia Moreno Cano
Es poetisa lírica y viajera incansable
