- La Historia Jamás Contada -
A media semana, un grupo de amigos nos reunimos para discutir
AL AIRE uno de esos temas abstrusos que no merecen mayor atención de quienes se
tienen por investigadores, pensadores o al menos opinadores “serios”: lo
Extraño en la vida cotidiana. Un asunto propio de conspiranoicos, diría cualquiera
de ellos, incapaz de salirse de sus esquemas mentales laboriosamente construidos
en base a separar lo “socialmente” esperado, de aquello que resulta marginal o hasta
perturbador.
La clave está en lo que se entiende por "social", esto es, la
ideología propia del medio en que se está inserto, que determina tanto las metas
y expectativas como los procedimientos para lograrlas. En una sociedad casi o totalmente
administrada, lo Extraño no es sólo lo que no se espera sino también lo que ni siquiera
se nombra por una especie de veto o tabú, finalmente una prohibición simbólica que
puede desvanecerse sin mayor dificultad con sólo ponerse de acuerdo.
¿Y qué resulta de hacerlo así? Una visión a más profundidad o
con más definición de las cosas comunes, que tal vez posean características o
tengan relaciones entre sí de las que nunca se había sospechado, cambiando
radicalmente la visión del Todo. En particular, este “olfato para lo Extraño”
es lo que distingue al detective del policía, pues mientras éste actúa
positivistamente, esto es, apegándose estrictamente a lo que ve y actuando en
consecuencia, aquél detecta algo que no encaja y, preguntándose qué podría ser,
se interna por caminos que le darán una perspectiva cualitativamente distinta
del caso que traiga entre manos. Es la ventaja práctica de conceder importancia
a lo Extraño.
Esta fue mi tesis en el debate en cuestión, ejercicio lúdico
sin dejar de ser serio que compartí, de izquierda a derecha, con Olinto Montiel,
Daniel León, Lisette Angulo y Graciela Palma, más la participación telefónica
de Enrique Canchola, (más o menos) moderados todos por Abel Pérez Rojas.
Así que lo Extraño no se limita a lo sobrenatural,
paranormal o misterioso, sino que se presenta en los más diversos campos de la
actividad humana, Política incluida, en la cual tener la capacidad, experiencia
y DISCIPLINA de reconocerlo, nos proporciona un punto de vista ventajoso respecto
a los acostumbrados análisis, puramente pragmáticos, sobre todo en aspectos “mafufos”
como el de los chafmanes -híbrido de chafa y chamán- de la Toma de Posesión,
dos de los cuales, terminando el Rito -supuestamente prehispánico- de Limpieza,
simplemente se arrodillaron y santiguaron (¿?) al más puro estilo Conchero.
Esto de sentirse cómodo entre lo Extraño, representa también
una ventaja en tiempos de incertidumbre como los que vivimos, pues nos permite mantener
hasta cierto punto la compostura en escenarios distintos a los convencionales.
Así que, como lo plantea el propio Abel en el Artículo
correspondiente de su libro EDUCAR(SE) -Aportes a la educación para el siglo
XXI-, es tiempo también ya de
EDUCAR(SE) EN Y PARA LO EXTRAÑO.
Fernando Acosta Reyes (@ferstarey) es fundador de la Sociedad Investigadora de lo Extraño (SIDLE), músico profesional y estudioso de los comportamientos sociales.
Imagen: www.enbuenasmanos.com