31 de enero del 2019
Al verte, te inhalo y lo disfruto,
comprobando que eres el alucinógeno
contra el que se lucha, pero al final te vence.
Me alejo de ti, tratando de no asfixiarme,
para salvar mi mente y mi cuerpo
de una adicción palpable y embustera.
Te marchas, no te detengo, porque sé que:
la libertad es la voz macabra, que truculenta
susurra, incitándote a gozar de tal quimera.
Es un elixir erótico, que tú y yo hemos
descubierto y nos mantiene en el limbo
de un mundo irreal, lleno de sensaciones.
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Silvia Moreno Cano
Es poetisa lírica y viajera incansable