16 de diciembre de 2018
Sabersinfin
"Nunca estás solo, siempre hay alguien dispuesto a ayudarte".
Abel Pérez Rojas.
A veces, sobre todo cuando tenemos que hacer cambios importantes en nuestra vida, nos sentimos solos y con ello la magnitud de lo que encararemos aumenta, sin embargo es sólo una percepción parcial, porque no estamos solos y siempre hay alguien que estará dispuesto a ayudarnos. Sólo es cuestión de estar atentos.
Cuando escribo estas líneas y pienso en el tema central de lo que te voy a compartir, no puedo evadir recordar las experiencias que viven los viajeros.
Sí, aquellas personas que se vuelven viajeros por decisión propia y que transitan por lugares con idiomas que no dominan y costumbres que no conocen.
Ese tipo de personas tienen que resolver a cada momento cosas simples que estando tan lejos significa un verdadero reto.
Viajeros de todo tipo nos han dicho que en medio de la nada y cuando pensaban que todo se les derrumbaba siempre apareció una mano amiga y un rostro afable para prestarles ayuda.
Sin hablar el mismo idioma alguien entendió que ese viajero requería ayuda y se la prestó. Esa en gran medida es la naturaleza humana.
Sí, es una realidad y no una cuestión motivacional cuando te digo que siempre habrá alguien cerca de nosotros para prestarnos ayuda.
Tal vez me voy a una situación extrema cuando imagino a los viajeros, sin embargo es una buena situación para tomar como ejemplo que la solidaridad entre los seres humanos es una constante.
Olvidamos que pese a nuestros problemas de inseguridad y violencia, somos un país altamente sociable.
Ahora que te digo esto pienso en los millones de foros virtuales iniciados por las personas para preguntar algo y pedir ayuda.
Siempre hay alguien que está dispuesto a brindar parte de su tiempo para resolver lo que se plantea en cada uno de esos foros.
Y qué me dices de los tutoriales en video de cómo reparar algo o los artículos de interés que se escriben por el simple hecho de compartir.
Hay un halo de ayuda a nuestro alrededor, evidencias hay muchas y aquí sólo he mencionado una pizca del universo que está dispuesto a ayudarte.
Haz un recuento de todas las ocasiones que alguien te ha ofrecido su ayuda y verás que son más las veces que alguien te ha apoyado, en comparación a aquellas en las que te han negado asistencia.
Estoy convencido de que sólo es cuestión de saber hablar, de saber pedir, de saber abrir nuestras inquietudes ante la o las personas indicadas.
Y si no tienes claro nada de esto, sólo da el primer paso, comparte algo, aunque sea una mínima parte de la situación que estás viviendo y verás que el panorama empieza a abrirse de manera inimaginable.
Si tú eres de esas personas afortunadas que está consciente de los círculos virtuosos de seres queridos que nos rodean, te pido estés atento, tal vez junto a ti haya alguien que aún no se ha percatado de ello y necesita al menos de oídos pacientes que le escuchen.
Vale la pena darse cuenta de ello. Vale la pena intentarlo.