viernes, 14 de diciembre de 2018

Malala



23 de Agosto de 2018

Teníamos dos opciones, estar calladas y morir o hablar y morir, y decidimos hablar.
Malala Yousafzai

El próximo 12 de julio cumplirá veintiún años de vida la máxima exponente de la defensa del derecho a la educación, Malala Yousafzai. El 9 de octubre de 2012, Malala recibió un disparo en la cabeza cuando regresaba en autobús de la escuela a su casa en la ciudad de Mingora, en el noroeste de Pakistán. El motivo del ataque perpetrado por el Talibán era claro: esta joven de 15 años se había atrevido a levantar su voz para defender el derecho a la educación de las niñas.



Nacida en 1997 en la ciudad de Mingora, Pakistán, Malala adquirió notoriedad al escribir un blog anónimo para la BBC utilizando el seudónimo de Gul Makai. Ella hablaba de sus miedos y esperanzas de poder seguir yendo a la escuela, no dudaba en expresar públicamente sus opiniones sobre el derecho de las mujeres a la educación y había participado en un programa de televisión nacional en el que habló con valentía sobre el tema. El blog reflejaba, con los ojos de una niña, el horror que había supuesto para su comarca el progresivo control de los talibanes desde 2007.

Estos comentarios publicados en su blog provocaron que aquel 9 de octubre por la tarde sufriera un atentado: “Malala salió de la escuela como cualquier otro día y se subió al autobús que la esperaba a la salida. Iba sentada, charlando con su amiga Moniba, cuando notó algo inusual. La carretera parecía desierta. Momentos más tarde, a unos noventa metros de la escuela, dos hombres pararon al autobús y preguntaron quién era Malala. Ella no se acuerda de cómo eran, pero su amiga Moniba sí. Parecían dos estudiantes universitarios, dice”.

Los hombres le comenzaron a disparar, iban armados con un fusil, alcanzándola en el cráneo y en el cuello. Las dos niñas que estaban sentadas al otro lado de Malala también resultaron heridas. Pasaron más de diez minutos hasta que alguien se acercó a ayudar las niñas aterrorizadas.

Al conocerse la noticia, el primer ministro, envió un helicóptero para llevar a Malala al hospital militar de Peshawar, la capital provincial. Las escuelas de la zona anunciaron que cerrarían en señal de protesta. Malala, que primero quería ser médico y luego estudiar leyes para dedicarse a la política, estaba muy grave. Según un comunicado del hospital militar de Peshawar, la bala le entró por la oreja y llegó hasta el cuello.

Después de varias semanas en cuidados intensivos Malala sobrevivió. Contra todo pronóstico, su recuperación fue asombrosa, debido no sólo a la calidad del cuidado que recibió sino, según dicen los médicos, a su propia resistencia y determinación. Y aunque las balas del Talibán cambiaron su vida para siempre, no la hicieron cambiar en su determinación de luchar para que las niñas en su país puedan tener acceso a una educación gratuita y obligatoria.

Tres meses y medio después, tras una serie de operaciones para restituir su capacidad auditiva en uno de sus oídos y para reconectar un nervio facial que le devolviese el movimiento a una parte de su rostro, el 8 de febrero de 2013, fue dada de alta, aunque prosiguió con la rehabilitación y tuvieron que implantarle en el cráneo una placa de titanio y también un dispositivo auditivo en el oído izquierdo.

Malala dio un paso crucial que demostró en qué medida había superado el incidente del autobús. En menos de un año, la niña del Valle de Swat se convirtió en un fenómeno global. Sin embargo, pese a su fama, Malala sigue pensando en volver a Pakistán e ingresar en la arena política.

Malala ha recibido numerosos premios por su defensa del derecho a la educación, entre ellos: Premio Nobel de la Paz, 2014; Premio Sájarov, 2013; Medalla de La Libertad de Filadelfia; International Children's Peace Prize; National Malala Peace Prize, 2011; Premio Glamour al Héroe de las Niñas, 2013; Shorty Award al Héroe Adolescente, 2015; Premio Simone de Beauvoir, 2013; Premio de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, 2013; Ambassador of Conscience Award, 2013; Doctor honoris; Anna Politkovskaya Award; Mother Teresa Awards, 2012; Goodreads Choice Award en la Categoría de Memorias y Autobiografía 2013, “Yo soy Malala”; Ellis Island Medal of Honor; Premio Grammy al Mejor Álbum para Niños.

Esta es, amable lector, una breve reseña de la voz de la niña que el Talibán trató de silenciar y debido a esto se amplificó su protesta hasta llegar a lugares inimaginables.


Jorge A. Rodríguez y Morgado

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