domingo, 28 de octubre de 2018

¿Política o religión?


- La Historia Jamás Contada -

La inminente celebración del Halloween-Día de Muertos, con su intrínseca realidad irreal, nos da la oportunidad de considerar, desde esa misma perspectiva, dos quehaceres humanos que no pocas veces entrecruzan sus caminos, usualmente sin conciencia de quienes los transitan. Me refiero, por supuesto, a la RELIGIÓN y la POLÍTICA.

Aunque aparentemente discurren por senderos y en direcciones distintas, bajo ciertas circunstancias históricas, una de pronto aparece convertida en la otra con las insospechadas consecuencias que esto acarrea, abarcando de lo cómico a lo trágico. ¿Cómo se da este trastocamiento, este salto al más allá -o más acá, según se trate-?

El punto de partida para desentrañar el aparente misterio es distinguir entre los dos tipos de universo o dimensión en que cada una tiene lugar, pues mientras la Política es estrictamente humana, material y finita, la Religión se ubica en lo sobrehumano, ideal e infinito, cada una desarrollando su propio repertorio de conceptos y operaciones que permiten entenderla y navegar por ella, pero cuyo discernimiento no es precisamente INTUITIVO.

Pues así como los cientificistas -divulgadores de la ciencia y sujetos con mentalidades afines- yerran al aplicar sus criterios a temas u objetos de estudio ajenos a su campo, quienes hacen Política sin estar familiarizados con las Humanidades -esto es, el arte, la religión y similares-, pueden ser fácilmente embaucados con conceptos en rigor pertenecientes a esta esfera, de la que el SUPERHÉROE, un (aparente) humano con capacidades mucho más que humanas, sea tal vez el ejemplo icónico de nuestra época. Este último es posible en el Arte, pero ¿existe en la prosaica realidad material que habitamos cotidianamente?

Como lo han señalado los teóricos de la comunicación de masas, dicho personaje posee atributos DIVINOS, exactamente como el mítico héroe o semidiós de la Antigüedad, su arquetipo. Y puede uno perfectamente creer en él a condición de mantenerlo en su Mundo ideal, donde nunca lo decepcionará, entre otras cosas. Pero si intenta hallarlo en éste de acá o, peor aún, acaba proyectando este deseo en un ser de carne y hueso, descubrirá que se ha esfumado, para no decir lo obvio: que nunca existió.

Es la paradoja que, tarde o temprano, habrá de enfrentar quien, un poco apresuradamente, deposita su legítima fe religiosa en un objeto o sujeto de este Mundo, cuando ésta es para hacerlo en algo überm Sternenzelt (Schiller: AN DIE FREUDE).

Pero mientras llega ese momento, lo que vemos ahora en la escena política, tanto en nuestro País como en otros en condiciones psicosociales semejantes, es a los antiguos simpatizantes y seguidores convertidos en exégetas oficiosos de su Candidato o Gobernante favorito, interpretando cuantos dichos y actos -incluyendo ocurrencias o “puntadas”- provengan de él, como manifestaciones de una VERDAD profunda que sólo ellos, los verdaderos creyentes, alcanzan a intuir: no se trata más de Política, sino de Religión.

¡Cuidado! Pues así como cuando la Religión -es decir, quienes se consideran sus jerarcas, literalmente- se entroniza, son malas noticias para la libertad individual, lo mismo sucede en el caso contrario, cuando un humano comienza a ser considerado por (algunos) de sus semejantes una especie de Divinidad -o su representante o descendiente  aquí en la Tierra, es decir, un semidiós o (super)héroe-, todo aquél que disienta o se aparte, así sea en lo mínimo, de sus hechos y dichos, será considerado un Traidor a la Verdad que él misteriosamente encarna. Lo que sigue ya ha sido Historia DEMASIADAS VECES en el Pasado.


Fernando Acosta Reyes (@ferstarey) es fundador de la Sociedad Investigadora de lo Extraño (SIDLE), músico profesional y estudioso  delos comportamientos sociales.

Imagen: gobiernolegitimobj.blogspot.com