domingo, 21 de octubre de 2018

El PRI y la apología de la pobreza




- La Historia Jamás Contada -

Algo común en la cultura política pop actual, es asociar la “Izquierda” con los pobres o desposeídos y éstos con el “pueblo”, de modo que un pensamiento, candidato, Partido político o Movimiento que se defina a sí mismo como “izquierdista”, no puede menos que tomarlos como referencia en su lucha -sea cual fuere la forma que tome ésta- o, cuando menos, su DISCURSO, sobre todo en una campaña electoral.

Un sobreentendido que conduce a muchos equívocos, pues todo aquello que no coincida con el estereotipo de “pobre”, será tomado inmediatamente como una traición a los principios inherentes a la denominación, lo que suele conducir con frecuencia a no por involuntarias menos divertidas comedias de errores, de las que no faltan ejemplos, alguno muy reciente, en la picaresca política.

Por eso conviene PRECISAR qué es propiamente lo “de Izquierda”, no sin antes tratar de establecer cuál podría ser el origen de esa amalgama ideológica que, “indeleblemente” impresa en el imaginario popular, es responsable de una cadena, al final no tan inocente, de malentendidos.

Reconociendo que no es un caso exclusivo de nuestro País ni mucho menos, en lo particular encontró aquí su fijación definitiva en la práctica política del Partido que se dijo el “heredero” de una Revolución cuyo objetivo era redimir a los pobres de su triste condición, es decir, que no lo fueran más, lo que obviamente no consiguió.

Fue así como instauró como su ideología de legitimación el mito de una “identidad nacional” que tendría PRECISAMENTE en los pobres su expresión arquetípica, el modelo a que debía tender todo mexicano bien nacido, alejándose conscientemente de cualquier similitud con el estilo de vida característico de la  otrora clase dominante, desde ropas y habitaciones hasta aficiones y entretenimientos, pasando por las relaciones personales y, por supuesto, la CULTURA. Todo debía ser ahora “popular”, es decir, propio de pobres, con una galería creada ex professo  en la cual pudieran surtirse todos los suficientemente angustiados de no ser lo suficientemente “nacionalistas” (¿?).

Sobre esta base conceptual vino a implantarse y germinar una OPOSICIÓN política que, mimetizándose con el “pueblo” tal como lo definía el Partido de Estado, nunca pudo remontar críticamente su propia sujeción ideológica y transformarse en la vanguardia de una sociedad cualitativamente diferente, en la que los frutos del avance material, tecnológico y cultural de la Humanidad no fueran ya posesión exclusiva de una clase hegemónica, sino un conjunto de bienes compartido por todos: la SOCIALIZACIÓN DE LA RIQUEZA SOCIAL, ni más ni menos.

“No se puede socializar la miseria”, habría escrito Marx en alguna ocasión. Y, efectivamente, el Socialismo, que es el contenido concreto que anima el pensamiento y acción “de Izquierda”, se refiere a extender a toda la sociedad lo que de mejor haya producido la Historia en todos los órdenes. Pretender que ser “de Izquierda” es vivir -o aparentar hacerlo- como pobres o, peor aún, obligar a todos a serlo, es no haber comprendido nada el asunto.

O tal vez se trate de algo más simple: transferir la riqueza de todos, sean ricos, pobres o clasemedieros, a los nuevos amos del Estado y que por fin todos sean iguales, pero en la POBREZA.

¿Qué explicación les parece la más adecuada, amables lectores?


Fernando Acosta Reyes (@ferstarey) es fundador de la Sociedad Investigadora de lo Extraño (SIDLE), músico profesional y estudioso  de los comportamientos sociales.

Imagen: rincondelrecado.blogspot.com