sábado, 29 de septiembre de 2018

Amalucan "recargado"


- La Historia Jamás Contada -

Muy adecuado tanto al nombre como la intención de esta Columna, es el tema que abordo esta ocasión, nada menos que la nueva imagen de un popular lugar de esparcimiento situado al noreste de la ciudad de Puebla: el Cerro de Amalucan.

Conocido y frecuentado por generaciones de habitantes de la zona, el sitio tiene su historia y también su parte en la Historia, tanto prehispánica como colonial, como cuando se lo apropió la Compañía de Jesús para convertirlo, allá por el siglo XVI, en hacienda lechera, según cuentan las crónicas.

En lo personal, aunque mis hermanos menores hablaban mucho de él y especialmente de sus “cuevas”, sólo comencé a recorrerlo sistemáticamente después de 2003, tratando de ubicar los puntos de lanzamiento de la infernal cohetería que, a raíz de la llegada del Partido Católico al Poder federal, desataban con cualquier pretexto párrocos y asociados -de sacristán para abajo- de los alrededores.

Cuando llegué ya estaba muy deforestado, aunque siempre el “gusanito” de explorar adquirido alrededor de los 17 años, me hacía disfrutar hasta cierto punto la caminata, a pesar del ostensible abandono y, especialmente, la basura que cada vez más infestaba los “senderos” –virtuales- del cerro.

Fue así como llegó el momento en que me habitué a hacerlo todos los días, como rutina de ejercicio. Paseo que aprovechaba para planear mis actividades creativas, como el programa que entonces tenía en una radiodifusora comercial –MIÉRCOLES DE MISTERIO- por invitación de una amiga. Fue ahí donde se me ocurrió lo de la Sociedad Investigadora de lo Extraño.

Hace cuatro años dejé de hacerlo por el peligro que representaban los deslaves de tierra provocados por una racha de grandes aguaceros. Y le perdí la pista… hasta hace unos meses, cuando dos amigos y yo intentamos subirlo, sólo para enterarnos de que estaba cercado y se realizaban alguna clase de obras. No sabíamos que iba a pasar y si lo abrirían de nuevo al público.

¡Cuál no sería mi (gratísima) sorpresa al enterarme de que no sólo lo habían limpiado, sino también dotado de comodidades que jamás hubiéramos sospechado llegaría a tener! Como bancas, sanitarios, botes de basura y, sobre todo, senderos pavimentados, un must para quienes gustamos de caminar, trotar y, a veces, hasta correr y más cuando lo hacemos –aunque por el momento sólo yo- descalzos.

Pero también hay profusión de pasto, tanques de arena con juegos para niños, anfiteatro, canchas de futbolito –ésta con gradas- y basquetbol, asadores y hasta una alberca que simula un lago con su respectiva “playa”. Un PARQUE en toda forma en lo que hasta hace poco no era sino uno de tantos baldíos, aunque éste de tamaño monumental. Y además están los módulos de lectura, que hacen la delicia de quienes amamos leer o escribir al aire libre: un toque romántico, sin duda. 

Por esto me desconcertó la actitud desdeñosa expresada en gran cantidad de comentarios a un breve y correcto reportaje titulado LAS PARADISIACAS PLAYAS DE AMALUCAN, que dejan traslucir un gran DESCONOCIMIENTO del fenómeno histórico "Amalucan", que siendo ya un tradicional lugar de relax, ejercitación o, en su caso, esparcimiento individual o familiar, este reacondicionamiento dota a estas mismas actividades de mucha mayor CALIDAD. En cuanto a los señalamientos fundados de  falta de cuidado, conviene recordar que se trata de una experiencia inédita, y a medida que los usuarios vayamos habituándonos al nuevo entorno, tanto más cuidadosos seremos con él: es la premisa de toda EDUCACIÓN.

¡BIEN por los funcionarios y trabajadores que realizaron este Proyecto, merecedor de ser replicado en cuantos otros lugares sea posible también!


Fernando Acosta Reyes (@ferstarey) es fundador de la Sociedad Investigadora de lo Extraño (SIDLE), músico profesional y estudioso de los comportamientos sociales.

Imagen: blogger