martes, 28 de agosto de 2018

Poemas de Luis Laya Mimó


Luis Laya Mimó es un ingeniero de la palabra, desde hace unos años se ha dedicado día a día a la escritura de poesía, género con el que ha sabido leer la cotidianidad y rediseñarla a su manera. En esta muestra se preocupa por preguntas filosóficas, así como el amor filial, la consideración del terruño que lo ha visto crecer, el viaje espiritual como proceso de escape. Se pregunta y se responde más allá de lo corpóreo y lo matérico, consigue en la musicalidad de los versos un atributo a la música de cuerda la cual ejecuta con gran destreza, de inteligencia aguda se divierte y recrea en sus reflexiones el hombre como ente transformador de la realidad.


Luis Manuel Pimentel


UN SONETO


Vine hoy, porque no estaré mañana,
yo me voy, mas no digo para dónde.
Voy buscando el plan, que la noche esconde,
para dar, al terminar, brisa temprana.

Llevará, por el poblado la campana,
la alegría y el fervor que corresponde
y una canción con música que ahonde
amor divino que la vida gana.

A un pueblo voy, sencillo y religioso,
que tenga un río profundo y rumoroso,
que converse al pasar entre las piedras.

Y en un balcón, de casa de ladrillo,
que pueda yo adivinar el brillo
de una mirada escondida entre la hiedra.



***



ATRAVIESO LA NOCHE

Cuando el último oasis
se negó a darme agua,
tuve que emprender
mi camino,
a través del desierto.
Sin esperanzas anduve
sobre todo en las noches,
escondiendo mi vergüenza
de la luz.
Peregriné solitario
muchas lunas y sueños,
en el calor oscuro
de las piedras.
Evitando el encuentro
soslayé los poblados,
esquivé las miradas
de los ojos curiosos
que mi imaginación puso
en todos los recodos.
Largo, amargo camino
mirando,
el horizonte inmóvil
al final de mis huellas
que marcan el pasado.
Inmaculado suelo
amarillo,
se llenó de fantasmas
que se esfuman,
apenas vislumbrados.
Insisto solamente, por lo duro
que resulta parar.
Atravieso la noche,
que espesa, parece tornarse
y se adhiere a mi piel.
Voy dejando jirones
de fuerzas,
adelgazo etéreo, liviano,
en el inmenso globo del cielo
cargado de estrellas.
Y camino; sigo caminando
por el mismo rumbo
sabiendo,
que he de andar
hasta el fin de los tiempos...
Por siempre.


****


VENGO DE REGRESO

Ahora vengo de regreso
caminando hacia el origen.
Vengo repartiendo abrazos
a los hitos de la senda
que fueron quedando quietos
en mi ilusión de conquista.
Ahora me ven la cara
los que conocen mi espalda;
ahora sé que fui buscando
lo que tenía en la mano;
pero ahora sé, y esta ciencia,
es la que buscan los santos.
Voy recogiendo pesares
que dejé en mi viaje alegre
y, al compás de mis andares
los voy cambiando en canciones;
quien guardó una cuita mía,
ahora tiene mis amores.
¡Qué camino el del regreso!
Todo sembrado de flores.

 ***


SOY DE BOBARE


Hace más de medio siglo
que yo a Bobare encontré
y enseguida me prendé
de ese pueblo tan querido.
Por eso a Dios yo le pido
que me dé una larga vida,
con suficiente medida
para pagar con justicia
el amor que, sin malicia,
vino a ofrecerme en seguida.

No hay una cinta que mida
los afectos de mi pecho,
pero aquí está claro el hecho
que hay pasión encarecida.
Y no importa que yo viva
viajando por todo el mundo,
si no me olvido un segundo
de esta, mi mayor querencia,
que será la única ciencia
con que mi entender alumbro.

En sentimientos abundo,
pero aún no he mencionado
en qué sitio está situado
este pueblo tan fecundo.
Y es discutible el asunto,
si tratas de agricultura,
porque la tierra es tan dura
que rompe las escardillas,
pero echas la semilla
y la comida es segura.

Este pueblo de luz pura
está en medio del desierto
y merece estar despierto
aún en la noche oscura.
El cielo es una lindura,
se amontonan las estrellas
y las muchachas más bellas
se quedan en la velada,
porque no quieren más nada
que compararse con ellas.



***



HOLA LINDA BAILARINA


Para el llano se fue ayer
en busca de su futuro,
hizo mi mundo tan duro
como piedra de moler.
Que se apresure en volver
es lo que a Dios yo le pido.
Aunque mejor no he podido
entender sus intenciones,
se muestran en mis canciones
los anhelos más queridos.

Aquí estoy, en este nido,
más loco que perinola,
rezando al ánima sola
pa' tené' mi merecido.
Porque yo nunca he tenido
poquito, ni demasiado,
ni tampoco me he quejado
de mala suerte ninguna,
pero hoy, de su laguna,
mi pajarito ha volado.

Ya sé que no me ha dejado,
sino que prueba sus alas,
pero yo quiero llamarla
y que sepa que he llamado.
Yo jamás había cantado
pegando un eco tan grande
y, aunque soy poco elegante
y muestro gran estulticia,
le dedicaré a Patricia
un bramido de elefante.

¡Hola dulcito de hojaldre!
Hola hormiguita Martina,
hola linda bailarina,
te manda besos tu padre.
No se queda atrás tu madre,
que siempre te está nombrando.
No nos dimos cuenta cuando
te salieron esas alas,
pero como no son malas,
te traerán pronto volando.



Luis Laya Mimó. Nace en Caracas – Venezuela. Reside en la ciudad de Barquisimeto desde hace más de 50 años, donde trabajó en la UNEXPO como Profesor universitario. De profesión ingeniero mecánico y metalúrgico siempre ha estado a pulso con las humanidades en relación a la creación artística y literaria. Hay una propuesta valiosa y novedosa en su proceso pedagógico en su libro La enseñanza de la ingeniería en el siglo XXI.  Entre otros textos ensayísticos como Hablando de Plagas, tiene un libro de cuentos titulado Caminos Paralelos.