miércoles, 22 de agosto de 2018

El Penélope del asfalto / Masca la Iguana



El genio se descubre en la fortuna adversa; en la prosperidad se oculta.
Homero (VIII AC-VIII AC) Poeta y rapsoda griego.

Luis Fernando Paredes Porras

     La visión lo es todo. Responder el para qué se hacen, se dejan de hacer o se evitan realizar las acciones nospermite asomarnos al sentido de trascendencia que algunas personas han logrado construir. En todo hay niveles y la visión no está exenta de estos grados, que son como los hoyos de una carretera donde algunos accidentan su andar.






     ¿Quiere meterse en un conflicto consigo mismo? Pregúntese el para qué hace las cosas, ya comprobará que no es lo mismo a tratar de responder la cuestión del por qué se realizan.
Gigante lección de vida, de esas que te obsequia la educación informal, es la que me brindó el Tapahoyos tuxtepecano. No sé su nombre y de su domicilio sólo tengo la colonia, pero desde hace 5 años trabaja con su pala y su bote de plástico tapando los baches de la carretera Tuxtepec – Jalapa de Díaz que pareciera fue cubierta de minas que han explotado con el pasos de los miles de vehículos que transitan de la región de la cañada a la región de la cuenca del Papaloapan.


     Dice ser artesano, no por la forma en que tapa lo hoyos, sino porque antes de que los bloqueos de los maestros de la sección 22 mataran muchos trabajos, él vivía de la venta de su artesanía en la capital de Oaxaca, donde sacaba al día hasta 900 pesos con los cuales pagaba la renta y la manutención del negocio y su familia, pero las acciones de los docentes le alcanzaron y gracias a ellos, ahora me regaló, cual maestro consumado por la experiencia y la visión, una lección de vida.

     El tapahoyos – tengo que ir a buscarlo para hacerle un reportaje y saber más de él, comenzando por su nombre, del cual sólo tengo el referente, por un comentario en las redes sociales donde a través de mi página Préstame tu Recuerdo lo publiqué,  de ser Miguel – cuanta con una facilidad de palabra poco usual en Oaxaca entre las personas que tienen la necesidad de acudir a este tipo de actividades para ganarse el sustento. No hay que olvidar que el nivel educativo en el estado es terriblemente deficiente, por lo que siempre se agradece escuchar a una mente que fluye y trasciende las acciones.



     Tapahoyos hay millones en el mundo, de todas las edades y casi siempre, de bajas posibilidades económicas. Trabajan por pares, por familias o solos. También hay quienes pintan los topes o unas rayas antes para que se visibilicen. Podría incluir a los limpiaparabrisas si tomo como criterio a las personas que se involucran en interactuar con nosotros durante un viaje en automóvil. Y de todos esos millones, de los cientos que he visto trabajar, resulta que al que entrevisto un medio día caluroso, con la serpiente de asfalto irradiando el calor que ha tomado durante toda la mañana, me responde que se dedica a tapar hoyos para darle un servicio a la humanidad.



     Servir al prójimo para que su vehículo no se averíe, como ha vistos a tantos, incluso algunos después de aventarle la unidad para atropellarlo, los mira huir para a lo lejos observar cómo les revienta la llanta en su loca carrera, teniendo entonces que caminar esa distancia para auxiliar a sus agresores, porque así es la vida, me dice.



     El tapahoyos camina desde hace 5 años un gran tramo de esta carretera que es una ofensa de concreto y remedos a los pueblos chinantecos, cuicatecos y mazatecos que tienen la imperiosa necesidad de usarla. Son miles de baches los que hay que sortear, pues la lluvia, por ligera que sea, o incluso el viento con la ayuda del tráfico, van sacando la tierra que antes el tapahoyos recolectó con su pala para colocarla en el bote que carga sobre su hombro y que al vaciarlo, acto seguido, pisotea la tierra para que se rellene de mejor forma. Es como Penélope que vuelve a tejer y desteje esperando el regreso del amado Odiseo. El tapahoyos, el benefactor, espera que el gobierno arregle la carretera porque así, su misión, el  facilitar que las personas lleguen con bien a sus hogares, podrá verse cumplida de mejor manera.



     El tapahoyos me cuenta que no le importaría que esta serpiente herida fuera reparada o reconstruida y con ello su trabajo se acabase, ante ello quizá regrese a su otro oficio de pintor o a la artesanía. Pero al parecer tendrá trabajo muchos meses más y miles de personas más también podrán cuidar su patrimonio, su integridad y su trayecto gracias a él, que como único equipo de seguridad porta un chaleco anti reflejante ya gastado, una gorra para evitar que su rostro quemado ya manchado por el sol se irrite más y aspira a poder conseguir conos para señalar su presencia en la carretera. Durante nuestra entrevista más de un vehículo pasó a gran velocidad mostrándonos también la visión de sus choferes.



     La iguana me pide la deje acompañarla cuando vaya a buscar al supuesto Miguel, porque puede llamarse de otro modo pero no dejará ser el benefactor que tapando los baches, aporta un beneficio a la sociedad gracias a su visión. La verdosa masca y me pide que de ahora en adelante la llame Penélope, pues al saber la historia de la Odisea, suspiró, dejo caer una lágrima y me contó que espera a un garrobo en su arroyo Moctezuma. Cuando le pregunté el ¿para qué lo espera?, se puso a mascar sin descanso hasta que la dejé llorando.