El genio se descubre en la
fortuna adversa; en la prosperidad se oculta.
Homero (VIII AC-VIII AC) Poeta y
rapsoda griego.
Luis Fernando Paredes Porras
La visión lo es todo. Responder
el para qué se hacen, se dejan de hacer o se evitan realizar las acciones nospermite
asomarnos al sentido de trascendencia que algunas personas han logrado
construir. En todo hay niveles y la visión no está exenta de estos grados, que
son como los hoyos de una carretera donde algunos accidentan su andar.
¿Quiere meterse en un conflicto
consigo mismo? Pregúntese el para qué hace las cosas, ya comprobará que no es
lo mismo a tratar de responder la cuestión del por qué se realizan.
Gigante lección de vida, de esas
que te obsequia la educación informal, es la que me brindó el Tapahoyos
tuxtepecano. No sé su nombre y de su domicilio sólo tengo la colonia, pero
desde hace 5 años trabaja con su pala y su bote de plástico tapando los baches
de la carretera Tuxtepec – Jalapa de Díaz que pareciera fue cubierta de minas
que han explotado con el pasos de los miles de vehículos que transitan de la
región de la cañada a la región de la cuenca del Papaloapan.
Dice ser artesano, no por la
forma en que tapa lo hoyos, sino porque antes de que los bloqueos de los
maestros de la sección 22 mataran muchos trabajos, él vivía de la venta de su
artesanía en la capital de Oaxaca, donde sacaba al día hasta 900 pesos con los
cuales pagaba la renta y la manutención del negocio y su familia, pero las
acciones de los docentes le alcanzaron y gracias a ellos, ahora me regaló, cual
maestro consumado por la experiencia y la visión, una lección de vida.
El tapahoyos – tengo que ir a
buscarlo para hacerle un reportaje y saber más de él, comenzando por su nombre,
del cual sólo tengo el referente, por un comentario en las redes sociales donde
a través de mi página Préstame tu Recuerdo lo publiqué, de ser Miguel – cuanta con una facilidad de
palabra poco usual en Oaxaca entre las personas que tienen la necesidad de
acudir a este tipo de actividades para ganarse el sustento. No hay que olvidar
que el nivel educativo en el estado es terriblemente deficiente, por lo que
siempre se agradece escuchar a una mente que fluye y trasciende las acciones.
Tapahoyos hay millones en el mundo,
de todas las edades y casi siempre, de bajas posibilidades económicas. Trabajan
por pares, por familias o solos. También hay quienes pintan los topes o unas
rayas antes para que se visibilicen. Podría incluir a los limpiaparabrisas si
tomo como criterio a las personas que se involucran en interactuar con nosotros
durante un viaje en automóvil. Y de todos esos millones, de los cientos que he
visto trabajar, resulta que al que entrevisto un medio día caluroso, con la
serpiente de asfalto irradiando el calor que ha tomado durante toda la mañana,
me responde que se dedica a tapar hoyos para darle un servicio a la humanidad.
Servir al prójimo para que su
vehículo no se averíe, como ha vistos a tantos, incluso algunos después de
aventarle la unidad para atropellarlo, los mira huir para a lo lejos observar
cómo les revienta la llanta en su loca carrera, teniendo entonces que caminar
esa distancia para auxiliar a sus agresores, porque así es la vida, me dice.
El tapahoyos camina desde hace 5
años un gran tramo de esta carretera que es una ofensa de concreto y remedos a
los pueblos chinantecos, cuicatecos y mazatecos que tienen la imperiosa
necesidad de usarla. Son miles de baches los que hay que sortear, pues la
lluvia, por ligera que sea, o incluso el viento con la ayuda del tráfico, van
sacando la tierra que antes el tapahoyos recolectó con su pala para colocarla
en el bote que carga sobre su hombro y que al vaciarlo, acto seguido, pisotea
la tierra para que se rellene de mejor forma. Es como Penélope que vuelve a
tejer y desteje esperando el regreso del amado Odiseo. El tapahoyos, el
benefactor, espera que el gobierno arregle la carretera porque así, su misión,
el facilitar que las personas lleguen
con bien a sus hogares, podrá verse cumplida de mejor manera.
El tapahoyos me cuenta que no le
importaría que esta serpiente herida fuera reparada o reconstruida y con ello
su trabajo se acabase, ante ello quizá regrese a su otro oficio de pintor o a la
artesanía. Pero al parecer tendrá trabajo muchos meses más y miles de personas más
también podrán cuidar su patrimonio, su integridad y su trayecto gracias a él,
que como único equipo de seguridad porta un chaleco anti reflejante ya gastado,
una gorra para evitar que su rostro quemado ya manchado por el sol se irrite
más y aspira a poder conseguir conos para señalar su presencia en la carretera.
Durante nuestra entrevista más de un vehículo pasó a gran velocidad
mostrándonos también la visión de sus choferes.
La iguana me pide la deje
acompañarla cuando vaya a buscar al supuesto Miguel, porque puede llamarse de
otro modo pero no dejará ser el benefactor que tapando los baches, aporta un
beneficio a la sociedad gracias a su visión. La verdosa masca y me pide que de
ahora en adelante la llame Penélope, pues al saber la historia de la Odisea,
suspiró, dejo caer una lágrima y me contó que espera a un garrobo en su arroyo
Moctezuma. Cuando le pregunté el ¿para qué lo espera?, se puso a mascar sin
descanso hasta que la dejé llorando.