miércoles, 27 de junio de 2018

Futbol, dispersión del descontento social (Artículo)

24 de junio de 2018

“Ellos, los del poder dicen: mejor que correteen un balón, en lugar de defender sus derechos”.
Abel Pérez Rojas.


El uso mediático del fútbol, y en particular de la selección nacional, no sólo es uno de los distractores por excelencia, también es un mecanismo de dispersión del descontento social, de hecho van de la mano distracción y dispersión.

Durante las semanas que dura el llamado coloquialmente “Mundial”, el balompié es el tema central de la mayoría de las conversaciones y transmisiones por los diversos medios de comunicación, principalmente la televisión.

En los días “mundialistas” parecen muy distantes aquellas jornadas de protestas por los gasolinazos, por las personas ejecutadas o desaparecidas y por los fraudes electorales.

Del 14 de junio al 15 de julio, mientras dure la Copa del Mundo Rusia 2018, los mexicanos estarán distraídos por los resultados y pormenores futbolísticos, dicho despiste tendrá su culmen los días en que juegue el representativo mexicano y, por supuesto, mientras no sea eliminado de la justa internacional.

Un sentimiento nacionalista invadirá la atención de unos y otros, y nos colocará en un sueño que ya sabemos deja secuelas de todo tipo, como aquellos acuerdos en lo “oscurito” que el grupo en el poder logra a nuestra costa.

De alguna forma, aunque en otras palabras, lo reconoció el presidente Enrique Peña Nieto al abanderar a la selección de futbol y decir que ellos logran lo que no han podido hacer los partidos políticos: “la unión de los mexicanos”.

Es tal el arrastre de la selección nacional que convoca lo mismo a personas de izquierda que de derecha, lo mismo a creyentes que no creyentes.

Por cierto, ¿ya te diste cuenta que en lo que va del Mundial casi desaparecieron los memes sobre Peña Nieto?

En una caricatura a tres tiempos que recién me encontré está muy bien representado lo que aquí te vengo compartiendo.

En el primer cuadro una masa inconforme se dirige a una silueta que representa a los hombres del poder y del dinero.

En el segundo cuadro se observa al hombre adinerado lanzando un balón a la masa.

En el tercer cuadro puede apreciarse a la masa olvidando sus consignas y corriendo tras el balón.

El mensaje es contundente y real: es tal la penetración del futbol que tras el balón afloran algunas de nuestras conductas más primitivas que nublan la capacidad racional de millones de individuos.

Ese es el punto central: cegar la capacidad de análisis y crítica de millones que deberían estar haciendo algo por cambiar su fatídico destino.

Ellos, los dueños del poder y del dinero saben a la perfección todo esto y lo usan como una forma de llenar sus arcas, pero también como un mecanismo de “pacificación”, mejor dicho, de adormecimiento, de quienes en otras condiciones estarían en las calles luchando por sus derechos y sacando a su país de la debacle en la que se encuentra.

Parece que la fórmula es esa: es preferible que corran tras un balón a que luchen por sus derechos o trabajen por un país mejor.

De ninguna manera estoy en contra de que de vez en cuando nos tomemos momentos de convivencia y esparcimiento; lo que no me parece es que repitamos indefinidamente los mecanismos que nos han colocado en donde nos encontramos. ¿O no?

Vale la pena darse cuenta. Vale la pena intentarlo. ¿Estás dispuesto?

Abel Pérez Rojas (@abelpr5) es escritor y educador permanente.