19 de mayo de 2018
En el jardín de mi cuerpo
de flores abiertas, tersas,
de mis verdes veneros
de humus concentrado.
En mi huerto de árboles añejos,
de ramas oscuras que inundan su vida subterránea.
Te quiero.
Para mí,
para nadie más que mi venero,
mi savia,
mi agua profunda;
mi humedad anidada.
Ahí te quiero
por el tiempo que quede.
Dentro,
en el embrión de una semilla,
en mis mazorcas maduras,
en mi fuego fatuo.
En los surcos que bañan tu cuerpo con mis besos,
en las caricias de mis plantas que te sujetan.
Ahí te quiero
Justo para la sed de mi tierra,
para el alimento que nos nutre.
El vigor de tu crecido tronco fulgente en mi campo,
surgiendo su áspera corteza,
extendiendo sus ramas endurecidas,
sus frutos, sus brotes nuevos.
Abarcando la superficie de mis inmediaciones.
Explorando, palmo a palmo,
mi arcilla triturada, reblandecida,
mis terrones apelmazados cubriendo tus raíces.
Un árbol enhiesto, enorme, poderoso,
habitando mi cuerpo,
hendiendo mi lóbrega planicie,
abarcándome.
Así te quiero esta noche,
en mi jardín de flores abiertas,
con la luna poderosa
escurriendo su lluvia en nuestros cuerpos.
Tendidos, calmos.
Xóchitl Niezhdanova, Ingeniera Civil con Maestría en Ingeniería Estructural. Poeta, Pintura, Pianista y amante del Arte en General. Escritora, Diletante, Amante de la Vida. Ávida por el conocimiento desde niña e inclinada a la Sabiduría Oriental. Solidaria de todas las causas justas y amante de la Naturaleza.
Imagen: laorejadelburro.blogspot.mx
