jueves, 22 de marzo de 2018

José Antonio Meade, una nueva esperanza para México


Para resolver los diferentes problemas que el país enfrenta así como y las diferentes circunstancias de la vida, todo mundo señala lo que hay que hacer. En nuestra actualidad existen muchos “expertos y genios” que opinan sobre las soluciones que hay que aplicar en cada caso, sin embargo, muy pocos saben cómo hacerlo y, muchos menos son los que saben con qué hacerlo.


Lo que realmente necesitamos son menos expertos y críticos y requerimos más ejecutores que hagan que las cosas sucedan. Sirve más la oportunidad que la perfección, pues esta siempre viene después como una mejora continua, aunque es posible que nunca se alcance plenamente.

Lamentablemente hemos crecido en un ambiente en donde la crítica y la descalificación hacia nuestros semejantes es el pan nuestro de cada día. Casi nadie reconoce que alguien haya hecho algo bueno. Nos ha faltado trabajar en ese ámbito porque todos estamos compitiendo por querer ser los mejores, sin saber que todos somos diferentes.

El vaso medio vacío siempre termina ganando sobre el vaso medio lleno. Y visualizar el punto negro al centro de una hoja blanca siempre se impone al resto de la extensa superficie.

Andamos por la vida cargados de ideas y propósitos, todos queremos ser ricos, tener poder y ser famosos, pero muy pocos son los que pueden decir qué tan ricos quieren ser, para qué quieren tener poder, o, famosos en qué quieren ser .

En mi experiencia, cuando he desempeñado responsabilidades públicas he conocido muchas necesidades. En los foros y encuentros que se realizan previos y durante las campañas políticas, se reciben muchas más.

Pese a ello, casi nunca se presentan propuestas fundamentadas o justificadas que puedan dar paso a la creación de políticas públicas. Más grave es aún que no hay quien se ponga al frente de la gestión debido a que la gente no tiene el tiempo, ni los medios, ni la disponibilidad para hacerlo. Muchas propuestas solo son ilusiones

Aunado a esto, en esta campaña política para las elecciones de julio del 2018 se está viendo, como nunca antes, una descomposición ideológica de grandes proporciones que está acabando con la escasa unidad que quedaba en los pueblos y comunidades. Cambiar de partido se ha convertido en una práctica común sin ningún escrúpulo ni rubor, y esta práctica se está realizando como si fuera un simple cambio de calcetines. Leyes y ordenamientos electorales están siendo burlados con facilidad en contra de la democracia. Querer ser, domina al

querer hacer, y el ciudadano no está teniendo mayor importancia para algunos candidatos.

En México, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) sigue siendo el órgano político más importante por la cantidad de candidatos que ha aportado a los demás partidos. Lo odian, pero lo necesitan, lo imitan y lo superan.

Por cierto, y haciendo un paréntesis a este texto, les doy las gracias muy sinceramente por las invitaciones recibidas para incorporarme a otras fuerzas políticas así como a los benévolos comentarios de correligionarios que lo dieron por hecho y que, en su libre albedrío, sí tomaron esa alternativa. Agradezco la deferencia a mi persona por parte de MORENA, MC, CPP y PES. Sin embargo, esta vez no aspiré políticamente a ningún cargo. Consciente de mi decisión, voy a apoyar a Meade, a Doger y a los candidatos de mi partido, el PRI, y por supuesto que lo haré en mis tiempos libres permitidos por la ley, además de que continuaré trabajando por Puebla.

En este marco es que adquiere relevancia la candidatura a Presidente de la República de José Antonio Meade Kuribeña, un ciudadano preparado académicamente, con gran experiencia en el servicio público y honestidad a toda prueba.

Contrario a la circunstancia de las otras opciones que han basado su participación en la descalificación, la crítica y hasta la amenaza de “no controlar tigres”, el puma Meade se prepara con propuestas serias y pertinentes para atender las principales necesidades de México.

Meade sabe cómo hacerlo y con qué hacerlo, y si bien, aún no es tiempo legal para hacer propuestas, sin duda ya las tiene para ser expuestas y contrastadas con las de otras opciones.

Un elemento fundamental para decidir el voto ciudadano, debe de ser el conocimiento de las propuestas de los candidatos y para ello requerimos que haya debates, para conocer cómo piensan hacer realidad su oferta política y no estar expuestos al engaño de planteamientos ligeros para ganar el aplauso fácil.

Y es que, bien sabido es por todos que, muchos de los aspirantes dicen y muestran comportamientos amables durante la campaña y después, cuando ya son gobernantes, no se puede ni hablar con ellos.

Asimismo, quiero señalar que el candidato del “tigre que no tendrá soga”, ha dejado ver propuestas que, quienes conocen de finanzas, aseguran que no un tienen soporte real; asimismo, y de manera muy grave, integrantes del mismo equipo “MORENO” han manifestado posiciones encontradas sobre el futuro de las reformas, especialmente la educativa y la energética, y entonces es momento de preguntarnos cuál es la posición real del candidato.

Por todo esto, los ciudadanos queremos debates y contrastes de las propuestas de los candidatos. Seguramente Meade tendrá las mejores y más viables, y por ello le pido que, como Gandhi, siga teniendo valor para decir la verdad ante los fuertes y no tener que mentir para ganar el aplauso de los débiles.

¡Sin dudarlo, Meade representa una nueva esperanza para México!.

Alberto Jiménez Merino

Ex–Rector de la Universidad Autónoma Chapingo