sábado, 27 de enero de 2018

Unfriendly cities: el turismo como política urbana


- La Historia Jamás Contada -

El turismo como actividad prioritaria es un invento relativamente reciente: aquí data de los años 70. No porque antes no hubiera turistas, pues siempre ha habido quienes viajan por placer. (Ahí está Heródoto, el incansable viajero griego que legó a la posteridad sus observaciones de viaje en 9 volúmenes, cada uno dedicado a una Musa: todo un "museo de costumbres".) Lo mismo en cuanto a sitios turísticos, ya que cualquier lugar que ofrezca algún atractivo, de cualquier tipo, seguramente será visitado recurrentemente por los interesados. En su primera fase, el turismo es un fenómeno bastante natural.

Pero eventualmente pasa a una segunda fase: la de los emprendedores locales que ven la oportunidad de obtener un beneficio de este flujo de visitantes y comienzan a ofrecerles diversos servicios. (Los primeros son comida y alojamiento; el siguiente es ENTRETENIMIENTO.) Hasta aquí el turismo sigue siendo una (pre)ocupación de particulares aunque, con los grandes capitales –y sus codiciadas ganancias- en juego, algunos encumbrados funcionarios de Gobierno se asocian con –o son ellos mismos- quienes llevan el negocio, existiendo abundantes ejemplos de esto en la Historia reciente.

En la tercera fase, cuando el turismo se convierte en función sustantiva del Estado, las cosas adquieren un cariz preocupante, pues no sólo compite por el presupuesto público, distrayéndolo de las aplicaciones propiamente sociales, de beneficio general, sino que introduce en los asuntos públicos la agenda ideológica de los particulares –usualmente corporaciones, frecuentemente trasnacionales- que se benefician de él. (Es el caso de las arbitrariamente designadas Ciudades Coloniales como ésta, donde se ha visto en las cuatro últimas décadas a los sucesivos Gobiernos municipales y estatales, en contubernio con inversionistas turísticos nacionales y extranjeros, tratar de transformarla en una especie de "CATOLILANDIA  (Parque Temático)", para solaz y regocijo de los implicados en el negocio y turistas de ideología afín que puedan atraer.)

Así es como el desarrollo alcanzado en todas las áreas de la convivencia por las sociedades urbanas, resultado de una historia de luchas, compromisos, acuerdos y, ocasionalmente, hasta proyectos comunes, queda nulificado por la inconsciencia y voracidad de las élites “gobernantes” que, de la mano de socios y aliados de objetivos tan mezquinos como los suyos, se lanzan a la persecución de la quimera del dinero fácil de unos turistas que quizá nunca lleguen, al costo del bienestar cívico de las ciudades, cada vez menos “amigables” –de ahí el título- para quienes han vivido y viven en ellas: SUS PROPIOS HABITANTES.

 (Publicado originalmente en Sabersinfin el 17 de junio de 2014)

Fernando Acosta Reyes (@ferstarey) es fundador de la Sociedad Investigadora de lo Extraño (SIDLE), músico profesional y estudioso de los comportamientos sociales.

Imagen: elinformologo