jueves, 30 de noviembre de 2017

Menos autoindulgencia, indiferencia y autoengaño


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Autoindulgencia, indiferencia y  autoengaño, es la forma en que la mayoría de los mexicanos hemos elegido vivir.


A menudo se nos olvida que cualquier gobierno puede convertirse en tiranía si en vez de ciudadanos con opinión propia solo tiene siervos que aplauden su actuar, o peor aún: que ni siquiera intervienen y sólo esperan a que un día las cosas cambien por sí mismas.

Por eso, tenemos que tener siempre presente, que son cuatro los pilares en la construcción de la democracia: el derecho de estar informado, la libertad de pensamiento, la libertad  de expresión y la participación social. A ello deberían de estar encauzados nuestros esfuerzos para ser buenos ciudadanos.

Diálogo permanente, plural, respetuoso, el Internet nos ofrece la posibilidad de ser puente del entendimiento y pilar de la construcción económica, política y social de nuestras más elevadas aspiraciones, si así lo queremos.

Las generaciones que habitamos el siglo XXI estamos en proceso de cambio, con la posibilidad real de generar propuestas y acción social, elevemos pues las miras hacia derroteros más nobles, en vez de conformarnos en externar el resentimiento social echando a perder todo lo que hay a nuestro paso: bardas grafiteadas, Wikipedia manoseada con desinformación, basura en las calles, humillaciones y bullying hacia los demás, falta de respeto.

Podré sonar muy antigüito, con cosas que ya ni se usan. Sin embargo, una sola mirada nos permitirá ver, cómo podemos entre todos diseñar y construir la sociedad que queremos, no desde el resentimiento y el autoengaño de gemir lacrimosamente sobre cómo los malos gobernantes nos han saqueado, o  porqué mi grupo político debiera tener privilegios sobre otros (que es el sitio al que cuantimás aspiramos llegar si intervenimos políticamente).

Desde la suma de pensamientos, ideas, conocimientos, necesidades y propuestas, es posible  construir políticas públicas que satisfagan de manera constructiva a la sociedad, en vez de caer en el autoengaño que las medidas dizque sociales están ayudando a los pobres, que en el último decenio sólo han aumentado. La responsabilidad en esto no es sólo de los gobiernos, señores, también es nuestra, como ciudadanos.

En ese sentido es importante iniciar un proceso auto reflexivo y crítico, un proceso por el cual verdaderamente caigamos en cuenta de nuestras fortalezas y debilidades; de nuestros errores, pero también de nuestros aciertos.

Si hacemos con seriedad este ejercicio veremos que se abren nuevas áreas de oportunidad para incidir en la vida pública, para tomar las riendas de nuestro destino local y nacional y cambiar la forma en la cual hemos construido este país en las últimas décadas.

Por eso afirmo que si tenemos menos autoindulgencia, indiferencia y autoengaño, podremos asumir actitudes de madurez cívica y más dominio de nuestros actos.

Sí hay esperanza para sacar adelante a nuestro país, créeme que sí es posible revertir cualquier situación de degradación. Empecemos ya.

Imagen: valido.net16.net

Salvador Calva Morales es rector de la Universidad Mesoamericana.