martes, 31 de octubre de 2017

Ojo de la mañana


Si alguien dice que me proporcionó información secreta, el delito lo cometió él, no yo.
Mata Hari


El día de hoy, 15 de octubre, se cumplen 100 años de la muerte de la más legendaria espía del siglo XX -Margaretha Geertruida Zelle (1876-1917), mejor conocida como Mata Hari (que en malayo, Mata =ojo y Hari =mañana, literalmente significa “ojo de la mañana, pero en malayo con ese nombre se denomina al Sol). 
Pocas mujeres han despertado tantas pasiones y sembrado tanto misterio a su alrededor ya que ella se fabricó un pasado en la India en el seno de una familia de brahamanes y no era más que la hija de un modesto sombrerero holandés al que sus vecinos apodaban el Barón, por sus delirios de grandeza y sus costumbres extravagantes. Se cuenta que “Margaretha Zelle, fue matriculada en el colegio más caro de la ciudad y enviada a clase, el primer día de curso, en una carretela dorada tirada por dos cabritas blancas enjaezadas como para unos esponsales principescos. Las burlas de sus compañeras no hicieron mella en la futura Mata Hari que descubrió pronto el placer de verse convertida en el centro de todas las miradas”. 
La legendaria bailarina holandesa que escapó de una vida provinciana para convertirse en la mujer más fatal de su tiempo, que amparada en su exótico físico y explotando su natural y provocativa belleza, fue capaz de entregar su cuerpo seduciendo a militares para pasar información confidencial, durante la I Guerra Mundial, a funcionarios y militares alemanes, belgas y británicos en susurros de alcoba. Es por ello que Mata Hari, es considerada el símbolo más representativo del espionaje en la mujer.
La palabra “espionaje”, de acuerdo al Diccionario, viene del latín "espiare", que alude a “observar, acechar, ver, fisgonear, averiguar o indagar de manera disimuladamente a alguien. Actividad de carácter secreta que va encaminada para lograr una información de tipo confidencial sobre una nación, en especial lo referente en su capacidad de tipo ofensiva y defensiva”. 
Esta actividad de espionaje ha estado presente desde el principio de la humanidad. El general chino Sun Tzu, en su libro "El arte de la guerra", nos dice: "Los dirigentes brillantes y los buenos generales que sean capaces de conseguir agentes inteligentes como espías asegurarán grandes logros". Es así que el robar cartas, interceptar comunicaciones, escuchas clandestinas, etc. son acciones comunes del espionaje.
Ejemplos notables de espionaje a lo largo de la historia, los podemos encontrar en la antigua Roma. Julio César antes de ser asesinado le escribió a su amigo Ático: "No puedo encontrar un mensajero leal". "Son muy pocos los que son capaces de llevar una carta sin caer en la tentación de leerla". 
Durante la Revolución Francesa, en 1793, el gobierno revolucionario estableció 12 "comités de vigilancia" por todo el país, autorizados para identificar, monitorear y arrestar a cualquier sospechoso. Se calcula que al menos medio millón de personas en Francia fueron objetivos de los comités de vigilancia.
En los siglos XVIII y XIX, algunos gobiernos establecieron oficinas que empleaban diversas técnicas para abrir, copiar y volver a cerrar las misivas, para reenviarlas a las direcciones sin dejar un rastro de sospecha. 
Gracias a la Oficina de Criptografía del gobierno, fundada en 1919, EE.UU. fue capaz de lograr acuerdos que le permitieron ponerse al frente de la carrera armamentística naval. En 1929, la Oficina de Criptografía fue clausurada por el Secretario de Estado, Henry Stimson, quien dijo: "Los caballeros no leen los correos de los demás".
Detrás de la Cortina de Hierro durante la denominada Guerra Fría, la vigilancia de la población fue parte de la vida diaria. En ninguna parte se notó más que en Alemania Oriental. Durante 40 años, el servicio de inteligencia del ministerio de Seguridad (conocido como la Stasi) monitoreó y registró las actividades de sus ciudadanos. Por el tiempo de la caída del muro de Berlín, la Stasi tenía 91,000 efectivos con una red de informantes cercana a las 200,000 personas.
Regresando a Mata Hari, el 13 de febrero de 1917 fue arrestada por el delito de espionaje y sometida a juicio, se le condenó a muerte acusada de aprovechar sus relaciones íntimas para trabajar como espía. Ella lo negó, alegando que se acostaba con militares por placer, y no por deber. El 15 de octubre de 1917 fue fusilada y se negó a que le vendaran los ojos y antes de recibir la descarga lanzó un beso a los soldados del pelotón, genio y figura.

Jorge Rodriguez y Morgado 2Twitter @jarymorgado
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