martes, 31 de octubre de 2017

El Lenguaje Del Mar



- Desempolvando el Idioma -

Las canciones infantiles y la música proveniente de la lírica europea, de la juglaresca medieval y del Siglo de Oro español; fueron una de las formas de enseñar la lengua castellana a los nativos, en especial  a los niños.  Dentro de las características de la lírica tradicional  en específico de la mexicana están sus temas de inspiración. Uno de ellos tiene que ver con el “mar”; y junto a éste, el barco. Fueron símbolos también en la antigua lírica popular española. Ellos simbolizan, abordados desde diversas perspectivas, obsesiones, de vez en cuando ambivalentes. Dicha ambivalencia, cristalizada en el sentido recóndito de estas bellas creaciones artísticas, nos recuerda, en cada caso, en cada verso, los deseos, las pasiones humanas, casi siempre contradictorias. Barco del latín “barba” (bote); y mar del latín “mare” (masa de agua). Así que, viajar en barco por el mar o la mar, es un tópico de la lírica popular; y algunas composiciones evocan la seguridad que inspira abordar la nave:

“Había una vez un barco chiquito,

había una vez un chiquito barco,

había una vez un chiquito barco,

tan chiquito, tan chiquito que no podía navegar”.

El título es el de una canción popular (había una vez un barco chiquitito) que se estrenó el 9 de marzo de 1951 en la Ópera-Comique de París. Es una  historia protagonizada por marineros asesinos. Dicha canción la entonaban precisamente marineros en el siglo XVI; pero fue adaptándose hasta que en el siglo XIX el autor francés Clairville la incluyó, con su versión en una obra estrenada en París en 1858. Después de este hecho, se expandió hasta convertirse en canción para niños. En una transición de leyenda popular, con pasajes violentos, cantada por rudos marineros a ser parte de un público infantil. Pero, ¿el barquito sabía navegar?, ¿era pequeño? Su valor simbólico es profundo. Con un lenguaje que quiere decirnos algo más de lo que se percibe a simple vista. En una lógica diferente, más allá de lo que literalmente se dice, usando la palabra de un sentido literal a uno construido y transformado para provocar un efecto distinto que desemboca en una interpretación del significado:

“Pasaron una dos tres cuatro cinco seis siete semanas,

pasaron una dos tres cuatro cinco seis siete semanas,

pasaron una dos tres cuatro cinco seis siete semanas,

y los víveres y los víveres empezaron a escaserar”.

Este fue un barco que después de navegar cinco semanas por el mar Mediterráneo, ya no tiene víveres. Al caer en la desesperación por falta de alimento, unos a otros se ven como manjar apetitoso. En esta situación, el mar representa la dinámica de la vida, todo sale del mar y regresa a él. Aquí se nace, se transforma y se renace. Dice Sigmund Freud que el ser humano, pasa en el agua su primera fase de vida, en el líquido del seno materno. Por su parte Vicente Huidobro menciona que: “el mar es un tejado de botellas que en la memoria del marino sueña”. León Tolstoi expresa: “el matrimonio es una barca que lleva a dos personas por un mar tormentoso”, (se interpreta como un buque débil);  y la Madre Teresa de Calcuta, alguna vez externó: “a veces sentimos que lo que hacemos es tan sólo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota”, (miedo de morir ahogado y miedo de anegarse, en el sentido de "perderse", como consecuencia de una entrega amorosa); “Escapé del naufragio de la vida”, dijo Gregorio Magno cuando entró al monasterio (navío sólido). Poetas refieren que el mar es el punto intermedio entre Dios y el hombre. Unos lo cruzan y otros se ahogan. Pero para atravesarlo es imprescindible un navío. Cuando el mar enfurece, se parece al temperamento humano. Y hay riesgo constante de muerte…Pero,  continuando con la historia, nadie a bordo quiere sacrificarse para que los demás se lo coman; entonces lo dejan a la suerte. Cada marinero escoge una varita, quien tiene la más corta se sacrificará. Irónicamente la suerte estuvo de lado del más delgado de todos. Los demás ya imaginan como caníbales el suculento manjar. Pero ocurre un milagro ya que la víctima ora a Dios y en ese instante muchos peces saltan a cubierta. El joven se salva por la milagrosa Estrella de los Mares: 

“Y si la historia no les parece larga,

y si la larga no les parece historia,

y si la historia no les parece larga,



volveremos, volveremos a empezar…”



María Eugenia Morales Carrera

Publicado orginalmente en Saber Sin Fin el 04 de julio de 2017